Los curiosos y los interesados en comprar un auto de uso se confundían el miércoles en las afueras de un concesionario de automóviles en el municipio Playa, en La Habana, para ver de cerca la gama de carros que se ofrecían.
Al ver los precios, algunos se mostraron asombrados y comentaron que no estaban dispuestos a pagarlos.
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Una lista hecha pública recientemente fijó los precios de los automóviles entre los 34.000 a 90.000 dólares. Como promedio, las cifras pueden representar más de 100 veces lo que gana un cubano al año.
Lee también Médico necesitaría 90 años de trabajo para comprar un auto en CubaMuchos se preguntan, entonces, quién puede comprar estos automóviles.
De acuerdo con Yoani Sánchez, directora del diario digital 14ymedio, la oferta va a dirigida a los nuevos ricos cubanos.
"El nuevo rico cubano está muchas veces vinculado al trabajo por cuenta propia, al emprendimiento, a los negocios más prósperos... También hay algo del lavado del dinero dentro del país, fundamentalmente dinero que se extrae del mercado informal a través del robo al Estado, los desfalcos a empresas estatales, el llamado desvío de recursos".
Un cubano, quien solo se identificó como Armando y fue uno de los primeros en comprar, adquirió un auto Peugeot pero no dijo cuánto pagó por el mismo.
"Estoy muy contento con el carro, uno de los más exclusivos del parque. Los precios todavía siguen siendo un poco elevados, pero uno siempre hace un esfuerzo para tratar de, por lo menos, andar en algo (un auto) para la familia".
Yoan Orlando Milián, quien compró un Toyota Land Cruiser por 80.000 dólares, se identificó como cubanoamericano de Miami.
"Otras personas que no tenían la posibilidad de tener un carro, hoy pueden adquirir uno de esta manera", afirmó.
El concesionario de autos es una entidad perteneciente a la empresa CIMEX, considerada el brazo comercial de los militares en Cuba.
Lee también Boteros ganan terreno con protesta por nuevas regulacionesSegún Sánchez, "también hay que advertir que la persona que ahora mismo tenga 50.000 dólares, los ponga en una tarjeta magnética y se compre un auto, muy probablemente termine con su nombre en un listado de personas a observar".
(Esta nota fue elaborada con un reportaje del periodista de Radio Televisión Martí Amado Gil)