La reducción de importaciones y la demanda del sector privado resultan en escasez, y la alternativa de siempre, el mercado negro, sufre por un mayor control en los almacenes del Estado.
En Cuba los comerciantes ilegales ofrecen papas en voz baja, como furtivos vendedores de drogas en una esquina.
Y es que algunos alimentos escasean esporádicamente en la isla, igual que la cerveza para mitigar el calor caribeño, el papel higiénico y hasta los condones.
La escasez crónica, un viejo mal de la economía de estilo soviético adoptada tras la revolución de 1959, persiste pese a las reformas de mercado de Raúl Castro.
Y puede que incluso las propias reformas, que alientan los pequeños negocios privados, estén agravando el problema, por no existir un mercado mayorista para abastecer los más de 450.000 emprendedores surgidos en los últimos años, muchos de ellos al frente de cafeterías y restaurantes.
La persistente escasez de productos básicos como la leche o el café revela los límites de las reformas de Castro, que busca reducir el abrumador peso del Estado en la economía socialista y atraer más inversión extranjera, pero continúa centralizando las importaciones de los insumos que necesita el sector privado.
La entrega de tierras ociosas en usufructo o la autonomía para que los campesinos decidan qué plantar no ha permitido estabilizar la oferta de productos de alta demanda como las papas, cuya producción sigue en manos del Estado.
Y los cubanos, acostumbrados a convivir con la escasez desde hace décadas, a menudo se ríen de sus problemas e intercambian información sobre dónde encontrar productos básicos en la isla, sometida desde hace más de 50 años a un bloqueo comercial por parte de Estados Unidos.
La escasez llegó esta semana a la televisión estatal cubana, cuando Pánfilo, un personaje de un popular programa humorístico, decidió sembrar papas en su apartamento pero no pudo degustarlas por falta de aceite para freírlas.
Aunque las autoridades no suelen comentar sobre la escasez, el malestar por la falta de cerveza durante el primer trimestre fue tan grande que llevó a los medios oficiales a indagar sus causas.
Jean Stevenardt, el director general de Bucanero S.A., la empresa mixta que fabrica las cervezas Bucanero, Cristal, Mayabe y Cacique, explicó que la producción fue afectada por atrasos en la importación de malta, la materia prima de la bebida, dijo el diario oficial Granma.
Bucanero, una empresa mixta que tiene una participación del gigante AB Inbev, dijo que espera recuperar sus niveles de producción en unos días.
Una reducción de las importaciones como parte del esfuerzo de Castro por equilibrar la balanza de pagos, y mayores controles para restringir el mercado negro podrían estar incidiendo en la escasez de los últimos meses.
Cuba recortó subsidios a empresas y entidades estatales, que históricamente eran desviados por los empleados y vendidos en el mercado negro.
"Era necesario mayor control, porque la economía no resistía tanto robo de recursos en un sistema que se rige por la planificación", dijo un economista cubano que pidió no ser identificado.
César Vázquez, que tiene una cafetería y alquila su casa a turistas extranjeros en La Habana, dijo que en el pasado el mercado negro fue una solución frente a la escasez y los altos precios de los alimentos en la red de tiendas estatales.
"Años atrás podías comprar desde quesos, leche y cajas de pollo importadas hasta gasolina, porque los mismos empleados estatales revendían todo", dijo. "Ya no tocan a la puerta para ofrecer nada de eso".
Y es que algunos alimentos escasean esporádicamente en la isla, igual que la cerveza para mitigar el calor caribeño, el papel higiénico y hasta los condones.
La escasez crónica, un viejo mal de la economía de estilo soviético adoptada tras la revolución de 1959, persiste pese a las reformas de mercado de Raúl Castro.
Y puede que incluso las propias reformas, que alientan los pequeños negocios privados, estén agravando el problema, por no existir un mercado mayorista para abastecer los más de 450.000 emprendedores surgidos en los últimos años, muchos de ellos al frente de cafeterías y restaurantes.
La persistente escasez de productos básicos como la leche o el café revela los límites de las reformas de Castro, que busca reducir el abrumador peso del Estado en la economía socialista y atraer más inversión extranjera, pero continúa centralizando las importaciones de los insumos que necesita el sector privado.
La entrega de tierras ociosas en usufructo o la autonomía para que los campesinos decidan qué plantar no ha permitido estabilizar la oferta de productos de alta demanda como las papas, cuya producción sigue en manos del Estado.
Y los cubanos, acostumbrados a convivir con la escasez desde hace décadas, a menudo se ríen de sus problemas e intercambian información sobre dónde encontrar productos básicos en la isla, sometida desde hace más de 50 años a un bloqueo comercial por parte de Estados Unidos.
La escasez llegó esta semana a la televisión estatal cubana, cuando Pánfilo, un personaje de un popular programa humorístico, decidió sembrar papas en su apartamento pero no pudo degustarlas por falta de aceite para freírlas.
Sin cerveza...
Jean Stevenardt, el director general de Bucanero S.A., la empresa mixta que fabrica las cervezas Bucanero, Cristal, Mayabe y Cacique, explicó que la producción fue afectada por atrasos en la importación de malta, la materia prima de la bebida, dijo el diario oficial Granma.
Bucanero, una empresa mixta que tiene una participación del gigante AB Inbev, dijo que espera recuperar sus niveles de producción en unos días.
...ni mercado negro
Una reducción de las importaciones como parte del esfuerzo de Castro por equilibrar la balanza de pagos, y mayores controles para restringir el mercado negro podrían estar incidiendo en la escasez de los últimos meses.
Cuba recortó subsidios a empresas y entidades estatales, que históricamente eran desviados por los empleados y vendidos en el mercado negro.
"Era necesario mayor control, porque la economía no resistía tanto robo de recursos en un sistema que se rige por la planificación", dijo un economista cubano que pidió no ser identificado.
César Vázquez, que tiene una cafetería y alquila su casa a turistas extranjeros en La Habana, dijo que en el pasado el mercado negro fue una solución frente a la escasez y los altos precios de los alimentos en la red de tiendas estatales.
"Años atrás podías comprar desde quesos, leche y cajas de pollo importadas hasta gasolina, porque los mismos empleados estatales revendían todo", dijo. "Ya no tocan a la puerta para ofrecer nada de eso".