“La prensa cubana es mala. Desde hace mucho lo es”, dice sin tapujos el autor.
El periodista y bloguero cubano Alejandro Rodríguez, en su más reciente entrega para BBC Mundo enumera los principales problemas de la prensa en la isla.
“La prensa cubana es mala. Desde hace mucho lo es”, dice sin tapujos el autor quien acompaña sus críticas con las opiniones de otros dos colegas: Henry Constantín (director de la revista independiente La Hora de Cuba y miembro del Consejo de Redacción de la Revista Convivencia) y Amaury Valdivia, reportero de Adelante, el diario oficial del Partido Comunista en la provincia de Camagüey.
Entre las principales deficiencias señalan:
- Los medios de comunicación están bajo control casi absoluto del Estado: "Hay dos diarios de 8 páginas ( Juventud Rebelde y Granma), y periódicos provinciales que salen con escasa tirada una vez a la semana. El resto de las publicaciones pasan bastante inadvertidas".
- Los líderes de la Revolución tienen carta abierta en los medios para escribir lo que quieran.
- En emisoras de radio y canales de televisión el enfoque de los contenidos es el mismo.
- Los casos de corrupción los destapa el gobierno a través de notas oficiales. Otras veces son filtrados hacia canales informales de distribución: videos de operativos policiales y confesiones en el Paquete Semanal.
- Falta de libertad de expresión: "activo ambiente de control, vigilancia, amenaza, persecución y agresión contra las personas, con el fin de evitar que manifiesten públicamente opiniones políticas distintas a las del gobierno".
- Bloqueo de las fuentes periodísticas: "Los funcionarios e instituciones evitan dar información a la prensa no estatal, que estaría dispuesta a publicarla; y la prensa estatal tiene controles internos muy rígidos que filtran la información y solo publican la más inocua".
- Los periodistas no se agrupan en un gremio sólido que exija temas como el salario o la política informativa.
- La emigración es un tema tabú: “El Sistema Informativo de la Televisión Cubana tiene corresponsalía permanente en Ecuador, que se ha convertido en uno de los principales receptores de emigración cubana en los últimos años. Cualquiera diría que hay allí un manantial de buenas historias periodísticas: algunos luchan por insertarse en la sociedad, otros son víctimas del tráfico humano o de distintas formas de discriminación. Pero no, para la TV cubana es más importante la belleza arquitectónica de un templo inca, o la disputa Ecuador-Chevron, que la suerte de miles de cubanos trasplantados”.
- No hay espacio para temas de interés popular que en otros países se reflejan en la prensa amarillista y del corazón. Tampoco hay noticias de celebridades.
- La cobertura deportiva está censurada: "omiten eventos donde participan jugadores cubanos aunque estén en la cumbre de la fama internacional".
- Censura de artistas cubanos exitosos que se marcharon e hicieron carrera en otros países, “automáticamente dejaron de existir para los medios estatales”.
- La prensa cubana distorsiona la realidad: “No puede contarse con los periódicos cubanos, por ejemplo, para escribir la Historia del Período Especial (crisis económica interna derivada de la caída del bloque socialista a principio de la década de 1990). La hemeroteca de esos años dibuja una realidad paradisíaca mientras la economía y el nivel de vida de la gente caía en picada”.
- La prensa anuncia cambios importantes que emprende el gobierno cubano como la reunificación monetaria y la expansión de Internet, sin ofrecer detalles.
- Medios y proyectos de comunicación digitales “sacrifican una parte de la realidad para poder "estar" y ser testigos de la otra” y evitan la confrontación política.