La periodista independiente Sol García Basulto denunció que fue detenida por agentes de la Seguridad del Estado -que la mantienen bajo vigilancia en la localidad de Camagüey-, y su teléfono confiscado, cuando intentó fotografialos para dejar constancia del asedio a la que es sometida desde diciembre del año pasado.
Uno de los oficiales, identificado como Yoán, pero que García Basulto cree se nombra realmente Alexander Domínguez, la persiguió hasta que "logró quitarme el teléfono", dijo la joven a Martí Noticias.
La reportera de "La Hora de Cuba" explicó que hizo resistencia y logró avanzar unos metros, pero el agente la detuvo con ayuda de miembros de la Policía.
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"Creo que tengo el derecho de recopilar información y difundirla", señaló la periodista, y agregó que en Cuba cualquiera se pasea por las calles y toma fotos, hace videos con su teléfono, pero nunca si la escena que pretende grabar refleja "el proceder de la Seguridad del Estado".
La reportera publicó un video en su perfil de Facebook para denunciar el hecho.
"Una vez más he sido secuestrada por la Seguridad del Estado. Mi telefono ROBADO, por segunda vez en 2017. Y más de dos horas soportando los cuestionamientos de las autoridades, por ejercer mi derecho de recopilar información y difundirla", escribió en la red social.
García Basulto y el director de "La Hora de Cuba", Henry Constantín, han permanecido bajo vigilancia permanente de las autoridades desde marzo pasado, luego de que la Seguridad del Estado los acusara de "usurpación de la capacidad legal" en respuesta a los reportajes críticos sobre la realidad cubana que publican en la revista independiente.
El delito por el que acusan a ambos reporteros está comprendido en el Artículo 149 del Código Penal, referido al "Ejercicio Fraudulento de Funciones Públicas".
El artículo dicta que quien "con ánimo de lucro u otro fin malicioso, o causando daño o perjuicio a otro, realice actos propios de una profesión para cuyo ejercicio no está debidamente habilitado, incurre en sanción de privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas o ambas".
"Soy inocente de usurpación de nada. Siempre he ejercido mi libertad de expresión, palabra y prensa registradas en la Constitución de la República y en la Declaración Internacional de los Derechos Humanos", escribió la joven en Facebook cuando recibió la acusación.
Constantín dijo a Martí Noticias que durante todo este tiempo "han sido vigilados, los teléfonos interceptados y las conversaciones escuchadas", además de enfrentar una prohibición de salida de la povincia de resiencia, y del país, algo que denuncian como una flagrante violación de sus derechos humanos a la libertad de movimiento.
La joven se encuentra oficialmente en arresto domiciliario desde el 24 de julio, como medida cautelar, hasta que concluya la investigación del caso, que debió finalizar pasados los 60 días, pero aún permanece inconclusa.
(Con reporte de Yolanda Huerga y archivo Martí Noticias)