The New York Times afirma que las circunstancias en que perdió la vida están siendo cuestionadas por su familia y opositores al Gobierno
El diario The New York Times se hizo eco este lunes de la muerte del disidente cubano Oswaldo Payá Sardiñas, Premio Sakharov 2002 y quien fuera nominado en 2005 para el Premio Nobel de la Paz por el expresidente checo Václav Havel.
El periódico afirma que Payá, un elocuente activista cubano que pasó décadas tratando de fortalecer un movimiento (el Movimiento Cristiano Liberación ) para forzar al gobierno de Fidel y Raúl Castro a permitir más libertad y respeto de los derechos humanos, murió el domingo en circunstancias que están siendo cuestionadas.
The New York Times informó a sus lectores que el gobierno cubano dijo que el chofer del auto en el que viajaba Payá perdió el control del vehículo y se estrelló contra un árbol, lo que causó la muerte al disidente y a otro cubano y causó heridas a otros dos pasajeros, uno español y otro sueco, cerca de la ciudad oriental de Bayamo, pero varios opositores cubanos afirman que un testigo vio cuando otro carro golpeó el auto de Payá.
Además, indica el diario que la hija de la víctima, Rosa María Payá, de 23 años, ha dicho públicamente que ella no cree que se trate de un accidente automovilístico y que la familia busca detalles de lo ocurrido.
La bloguera cubana Yoani Sánchez dijo en su página Web que Payá nunca dejó de presionar por un cambio pacífico en la isla y lo hizo con pasión, indicó The New York Times.
Agregó Sánchez que el respeto que sentía por él una nueva generación de activistas era constante y puntualizó que “murió un hombre intachable” y que sin él en la isla, “nos hemos quedado aún más huérfanos”.
También The Wall Street Journal mencionó lo ocurrido a Payá. El periódico señaló que a lo largo de sus años como activista siempre subrayó que sus creencias religiosas eran la base de sus convicciones.
‘Los derechos que nosotros demandamos en el Proyecto Varela son enunciados en la Constitución, pero nosotros también nos los merecemos, porque somos seres humanos, hijos de Dios, y por eso nosotros continuaremos demandándole a ellos por todos los cubanos, con la fe que nosotros vamos a lograr”, había señalado Payá.
El periódico afirma que Payá, un elocuente activista cubano que pasó décadas tratando de fortalecer un movimiento (el Movimiento Cristiano Liberación ) para forzar al gobierno de Fidel y Raúl Castro a permitir más libertad y respeto de los derechos humanos, murió el domingo en circunstancias que están siendo cuestionadas.
The New York Times informó a sus lectores que el gobierno cubano dijo que el chofer del auto en el que viajaba Payá perdió el control del vehículo y se estrelló contra un árbol, lo que causó la muerte al disidente y a otro cubano y causó heridas a otros dos pasajeros, uno español y otro sueco, cerca de la ciudad oriental de Bayamo, pero varios opositores cubanos afirman que un testigo vio cuando otro carro golpeó el auto de Payá.
Además, indica el diario que la hija de la víctima, Rosa María Payá, de 23 años, ha dicho públicamente que ella no cree que se trate de un accidente automovilístico y que la familia busca detalles de lo ocurrido.
La bloguera cubana Yoani Sánchez dijo en su página Web que Payá nunca dejó de presionar por un cambio pacífico en la isla y lo hizo con pasión, indicó The New York Times.
Agregó Sánchez que el respeto que sentía por él una nueva generación de activistas era constante y puntualizó que “murió un hombre intachable” y que sin él en la isla, “nos hemos quedado aún más huérfanos”.
También The Wall Street Journal mencionó lo ocurrido a Payá. El periódico señaló que a lo largo de sus años como activista siempre subrayó que sus creencias religiosas eran la base de sus convicciones.
‘Los derechos que nosotros demandamos en el Proyecto Varela son enunciados en la Constitución, pero nosotros también nos los merecemos, porque somos seres humanos, hijos de Dios, y por eso nosotros continuaremos demandándole a ellos por todos los cubanos, con la fe que nosotros vamos a lograr”, había señalado Payá.