En la ciudad de Guantánamo se celebró el viernes el juicio de apelación de Ramón Rigal, el pastor que decidió educar en casa a sus hijos alegando que las escuelas cubanas enseñan ideas que contradicen los valores de la familia.
En abril, este pastor de la Iglesia de Dios en Cristo había sido sentenciado a un año de trabajo correccional con internamiento, pero en la nueva vista se le hizo un cambio de medida cautelar.
"Hubo un cambio de medida en mi sanción, es decir de un año en un trabajo correcional con internamiento se cambió la medida a un año de trabajo correccional sin internamiento o de la casa al trabajo", explicó Rigal a Radio Martí al concluir la audiencia.
"El abogado mostró nuestra inocencia todo el tiempo, el delito que se nos imputaba no era correcto, porque los muchachos sí estaban siendo educados", explicó el religioso.
Rigal asegura que el tribunal ordenó que sus hijos se incorporaran a la escuela en septiembre, algo que describió como una violación a los "derechos humanos, a los derechos religiosos, a los derechos de las escrituras, a mis derechos como padre y a unas cuantas leyes internacionales también".
"Ellos dijeron que las escuelas y ellos son los únicos capacitados para darle a los niños la enseñanza que llevan", dijo en referencia al Ministerio de Educación.
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En el caso de la esposa de Rigal, Adya Expósito Leyva, se mantuvo la medida que se le aplicó en abril de prisión domiciliaria.