Recorre las calles de La Habana con la cámara de su teléfono móvil por delante para mostrar a una Cuba sin filtros, en vivo, a través de Facebook. Un día conversa con un desamparado, otro con una celebridad, una cederista, un carnicero. Toda la vida que vibra en la capital cubana le inspira un video.
Alain Rodríguez, conocido como Paparazzi Cubano, tiene más de 52.600 seguidores en su página de Facebook gracias a sus comentarios, fotografías y más de 360 videos publicados desde hace un año, cuando abrió su cuenta en esa red social.
“Al principio no tenía interés en abrir Facebook, porque no tenía ni amistades ni familiares fuera de Cuba, pero un día se me ocurrió abrirlo”, cuenta en el programa 1800 Online, de Radio Martí. “Me di cuenta que todo el mundo hacía lo mismo con lo mismo: la selfie, la boquita estirada, la mejor pose”.
Pero él decidió hacer algo diferente. Primero comenzó a publicar videos mostrando escenas cotidianas de la vida en Cuba. Luego, cuando dispuso de la herramienta Facebook Live, los trasmitió en vivo.
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Dos videos le dieron notable visibilidad: una pelea entre mujeres en su barrio -“que pensé que nadie lo iba a ver porque era algo un poco denigrante y aquello fue una explosión”- y otro donde discute con una señora que lo echa del portal de un edificio por repartir volantes – “el de la mujer del picadillo; ese video fue tremendo”.
Sin miedo a filmar la realidad de los cubanos
Alain apunta que a partir de ese momento diversos medios de prensa intentaron contactarlo para entrevistas. Vieron en él a un joven crítico con la realidad cubana y por consiguiente, con el sistema político. Pero, el Paparazzi Cubano insiste en que su única preocupación es mostrar la verdad.
“Yo simplemente soy un cubano que estoy caminando por la calle. Lo de paparazzi vino porque un amigo mío me lo dijo un día, pero no me catalogo como paparazzi, ni mucho menos como reportero, sino como un cubano que está caminando y pasan cosas frente de mí, como pasan también en frente de cualquier persona, lo que no tengo miedo trasmitirla o filmarla, porque nada es malo, porque esa es la verdad de nosotros”, explica.
Aunque desde hace varios meses es colaborador habitual del sitio de noticias CiberCuba, su principal fuentes de ingresos es la promoción cultural. Ayudado por volantes con información y su singular carisma, Alain atrae clientes a fiestas y conciertos, un trabajo que le ha preparado involuntariamente para romper el hielo con sus entrevistados ocasionales.
Asegura que la clave de su éxito para irrumpir en una escena privada con su cámara y no ser rechazado en la mayoría de las ocasiones, es su capacidad para integrarse.
“La gente me ven como uno más. En realidad no ando con corbata, no ando con blazer ni con micrófono y mucho menos con cámaras. Por eso es que la gente me ve como otro más y es que se identifican conmigo y es que se llegan a abrir”, revela.
Sin embargo, no han faltado ocasiones en que han rechazado su entrevista, irritados, e incluso lo han echado de un lugar por la fuerza, como del hotel Ambos Mundos, en la Habana Vieja. Alain lo graba todo.
Los cubanos de allá "no son tan malos"
Alain insiste en que los medios tradicionales muestran solo una cara de la realidad cubana y sus seguidores le piden otro punto de vista.
“Los cubanos no solo quieren ver el sufrimiento del pueblo. Si reportas una sola noticia entonces estas dando una sola cara de la noticia. Ya está trillado, ya esa película la vimos tantas veces que estamos aburridos de verla.
Sus videos sobre personas desamparadas en las calles también atrajeron la atención de cubanos exiliados, que comenzaron a enviar donaciones de dinero a Alain para que las repartiera entre los necesitados.
“Siempre ha habido el mito de que los cubanos del lado de allá son los malos; siempre nos han hecho creer eso cuando en realidad no son tan malos. Son los que en realidad nos ayudan, porque dejaron Cuba, dejaron la tierra, para ayudarnos desde allá”, advierte.
De San Antonio a Maisí por Facebook Live
Este proyecto le inspiró a hacer un viaje por la isla durante los meses de junio y julio próximos.
“Quiero hacer un viaje por toda Cuba, desde el Cabo de San Antonio a la Punta de Maisí, llevando un mensaje de paz y amor y palpando la verdad, porque hay muchas verdades, no solo la que digo yo. La que digo yo es mi verdad”, dice.
“Yo sé que hay líderes que están ahí y los respeto, pero no sigo al hombre, no sigo a ninguna doctrina, simplemente me sigo a mí mismo y hago el bien sin mirar a quien”, agrega.
Alain, en compañía de su hermano, planea recorrer Cuba solo con sus mochilas a la espalda y sus teléfonos inteligentes.
No piensa prepararse mucho para ello. Irá donde lo lleven sus pies o a donde le sugieran sus seguidores en Facebook.
“Si alguien me manda una ayuda, voy a repartir esa ayuda a quienes deseen los donantes”, indica.
Lo mismo quiere escalar una montaña, conversar con quien se encuentre a su paso o bañarse en las playas de los cayos. Eso sí: donde quiera que pueda conectarse a Internet encenderá su cámara para trasmitir en vivo su aventura.