La cancillería rusa niega las afirmaciones de que un agente de los servicios secretos de Rusia fuera enviado a Praga, la capital checa, para envenenar a su alcalde y a otros dos funcionarios de la ciudad.
En Moscu considera que la acusación es parte de una "campaña de desinformación" contra Rusia y amenazó con "graves consecuencias" para las relaciones checo-rusas.
Las relaciones entre los dos países están en proceso álgido, mientras se acerca la fecha del 9 de mayo, cuando en Rusia celebran el fin de la guerra contra la Alemania nazi.
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Respekt, un semanario de investigación checo, publicó un informe el 26 de abril en el que se citaban fuentes de seguridad no identificadas, afirmando que un presunto agente de inteligencia ruso viajaba con pasaporte diplomático y se encontraba ya en la capital checa con la toxina mortal de la ricina como parte de un presunto complot de envenenamiento.
Ya Rusia es sospechosa del envenenamiento en Gran Bretaña en 2018 del ex espía ruso Sergei Skripal y su hija con un agente nervioso.
El servicio de contrainteligencia checo, BIS, ha publicado anteriormente informes en los que se advierte de la amenaza que suponen los espías rusos que utilizan la cobertura diplomática de la Embajada de Rusia en Praga para llevar a cabo actividades de espionaje.
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El semanario checo dijo que el agente ruso entró en el país con una maleta que contenía la toxina ricina hace unas 3 semanas y media. Esa maleta o cualquier sobre diplomático podría haber escapado a la inspección de aduanas según el protocolo diplomático.
El Primer Ministro de la Republica Checa, Andrej Babis, dijo el 28 de abril dijo que el país es un "estado soberano" que no toleraría que "ninguna potencia mundial" intentara interferir en sus asuntos internos. "No es aceptable - si es cierto - que un estado extranjero tome medidas contra nuestros ciudadanos aquí", dijo Babis.
La prensa checa afirma que el Ministro de Relaciones Exteriores checo, Tomas Petricek, advirtió a Aleksandr Zmeyevsky, embajador de Rusia en la República Checa, de las repercusiones si algo le sucediera a los tres funcionarios checos.
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Protección policial
Los tres oficiales electos checos han tomado o apoyado acciones que han enfurecido al Kremlin, incluyendo el cambio de nombre de la plaza frente a la embajada rusa por el de Boris Netmsov, crítico del Kremlin y la retirada de una estatua de un general de la época soviética. Como posible venganza, se sospecha que Moscú ha participado en una reciente ola de ciberataques al sistema de salud pública en la República Checa.
Todos los funcionarios han confirmado que se les ha dado protección policial las 24 horas del día.
Uno de ellos, el alcalde de Praga Zdenek Hrib, dijo a RFE/RL el 30 de abril que no puede comentar los detalles de la protección policial. Pero Hrib dijo que hace un mes, presentó una denuncia penal después de notar que "me habían seguido cerca de mi casa".
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Ondrej Kolar, el alcalde del distrito 6 de Praga que también está escondido, dijo a Prima TV el 28 de abril que estaba restringido de revelar detalles sobre el caso, que también involucra a Pavel Novotny, otro alcalde del distrito de Praga.
El alcalde de Praga 6, Ondrej Kolar, dijo que las autoridades le habían dicho que el agente ruso había sido enviado para "liquidarlo".
"Sólo puedo decirles que tengo protección policial. Fue ordenado en base a ciertos hechos y esos hechos son que hay un ruso aquí al que se le asignó la tarea de liquidarme", dijo Kolar. "No sólo a mí, sino también al Sr. Hrib y al Sr. Novotny".
Kolar fue criticado por el Kremlin después de que su distrito retirara el 3 de abril la estatua del mariscal Ivan Konev, que dirigió las fuerzas del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial que expulsó a las tropas nazis de la mayor parte de Checoslovaquia.
Moscú calificó la retirada de la estatua como un insulto y un intento de reescribir la historia. Días después, varios atacantes enmascarados lanzaron bombas de humo a la embajada checa en Moscú y colocaron una pancarta que decía "Alto al fascismo" en la valla del recinto.
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Al comentar la estatua el 30 de abril, Lavrov dijo que su retirada violaba un tratado de amistad de 1993 que obliga a la República Checa a proteger los monumentos conmemorativos de los héroes rusos de la Segunda Guerra Mundial. Kolar dijo previamente que la estatua sería trasladada a un nuevo museo.
Novotny irritó al Kremlin después de proponer la construcción de un monumento a una controvertida división militar de la Segunda Guerra Mundial llamada Ejército de Vlasov, formada por desertores soviéticos que lucharon junto a los nazis pero que se volvieron contra ellos en los últimos días de la guerra y ayudaron a liberar Praga.
Novotny dijo a RFE/RL el 28 de abril que estaba bajo protección policial pero también dijo que estaba bajo restricciones al hablar del caso.
Cuando le preguntaron si encontraba creíble el complot de envenenamiento por ricino, Novotny no dudó. "¿Son [los rusos] capaces de algo así?" preguntó, “Definitivamente”, dijo.
Las relaciones entre Praga y Moscú también se agriaron por la decisión checa de renombrar la plaza donde se encuentra la embajada rusa, una decisión respaldada por Hrib.
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Hace dos meses, funcionarios de Praga dedicaron la frondosa plaza frente al complejo de la embajada al ex viceprimer ministro ruso Boris Nemtsov, un franco crítico del presidente ruso Vladimir Putin, quien fue asesinado en Moscú en febrero de 2015.