La situación en Ucrania y la liberación de los observadores de la OSCE ocupará buena parte de las conversaciones este viernes en la Casa Blanca entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel.
El ejército ucraniano lanzó este viernes una ofensiva para recuperar la ciudad separatista prorrusa de Slaviansk (este), en la que perdió dos helicópteros, que fueron derribados, y donde está retenido un equipo de observadores de la OSCE.
Las fuerzas ucranianas han perdido dos militares en el derribo de los helicópteros Mi-24, efectuado con lanzacohetes portátiles según el ministerio de Defensa, para el que esto es obra de "grupos profesionales de sabotaje" y de "militares o mercenarios extranjeros".
Las autoridades ucranianas exigen a los "terroristas", en referencia a los separatistas prorrusos, que "liberen a los rehenes, entreguen sus armas y desalojen los edificios", indicó en Facebook el ministro del Interior, Arsen Avakov, que dijo estar en el lugar de los hechos con el ministro de Defensa.
"Es un ataque total", declaró a la AFP la portavoz de los rebeldes, quienes reivindican el derribo de los helicópteros.
La ofensiva comenzó a las 04H30 de la mañana en Slaviansk y en la cercana localidad de Kramatorsk, puntualizó Avakov.
En Andriivka, a varios kilómetros de Slaviansk, los habitantes recibieron al grito de "¡Volved a casa!" y "¡Vergüenza!" a una decena de blindados ucranianos que se encontraba estacionada tras destruir un puesto de control prorruso, constató la AFP.
Los militares dispararon al aire para dispersar la multitud.
En Moscú, Dimitri Peskov, el portavoz del presidente ruso, Vladimir Putin, condenó esta ofensiva que calificó de operación "de represalia", que utiliza "la aviación para disparar contra localidades civiles".
"El régimen de Kiev lanzó una operación de represalia que acaba con la última esperanza sobre la viabilidad del acuerdo de Ginebra", estimó Peskov, en alusión al acuerdo cerrado a mediados de abril entre Ucrania, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea para reducir la tensión en el país.
El portavoz ruso, que reclamó ayuda a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa para detener esta ofensiva ucraniana, indicó que Moscú desplegó un enviado el jueves para negociar la liberación de los once inspectores de la OSCE detenidos desde hace una semana por los separatistas en Slaviansk.
Slaviansk es una de las doce ciudades del este de Ucrania bajo control de separatistas prorrusos, hostiles al poder proeuropeo instalado en Kiev tras la caída del presidente Viktor Yanukovich el 22 de febrero.
Kiev acusa de estar detrás de todo esto a Rusia, que en marzo incorporó a su territorio la península de Crimea. Moscú lo desmiente.
La situación en Ucrania y la liberación de los observadores de la OSCE ocupará buena parte de las conversaciones este viernes en la Casa Blanca entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel.
Los dos dirigentes mantendrán su primera reunión cara a cara desde que comenzó la crisis ucraniana.
La batalla entre Kiev y Moscú continuaba en los frentes militar, económico y diplomático.
Considerando que la integridad territorial de Ucrania está amenazada, el presidente interino, Olexander Turchinov, reintrodujo el jueves el servicio militar obligatorio en Ucrania, para tratar de afrontar con medios más eficaces el deterioro de la situación en el oriente del país.
Poco antes, unos 300 manifestantes prorrusos tomaron por asalto en menos de una hora la fiscalía regional en Donetsk, prueba de la impotencia de las autoridades ucranianas a la hora de mantener el orden en esta provincia rebelde.
En Lituania, la OTAN desplegó cinco barcos en un puerto del mar Báltico para reforzar la defensa y tranquilizar a los países miembros de la alianza en esta región, preocupados por la crisis en Ucrania, indicó el ministro lituano de Defensa, Juozas Olekas.
En un esfuerzo por privar de argumentos a los separatistas, el gobierno interino de Kiev dijo que contempla celebrar un referéndum sobre la unidad y la descentralización del Estado en paralelo a la elección presidencial anticipada el 25 de mayo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), que el jueves aprobó un plan de ayuda de 17.000 millones de dólares para Ucrania, reconoció que deberá modificarlo si Kiev pierde definitivamente algunas regiones del oriente.
Según el FMI las provincias del este como Donetsk, Lugansk o Jarkov representan más del 21% del PIB del país y el 30% de su producción industrial.
Los 17.000 millones de dólares prometidos por el FMI, que serán desbloqueados a lo largo de dos años y están condicionados a un programa de rigor, forman parte de un plan de apoyo global de 27.000 millones, en el que también participan la Unión Europea y el Banco Mundial.
Las fuerzas ucranianas han perdido dos militares en el derribo de los helicópteros Mi-24, efectuado con lanzacohetes portátiles según el ministerio de Defensa, para el que esto es obra de "grupos profesionales de sabotaje" y de "militares o mercenarios extranjeros".
Las autoridades ucranianas exigen a los "terroristas", en referencia a los separatistas prorrusos, que "liberen a los rehenes, entreguen sus armas y desalojen los edificios", indicó en Facebook el ministro del Interior, Arsen Avakov, que dijo estar en el lugar de los hechos con el ministro de Defensa.
"Es un ataque total", declaró a la AFP la portavoz de los rebeldes, quienes reivindican el derribo de los helicópteros.
La ofensiva comenzó a las 04H30 de la mañana en Slaviansk y en la cercana localidad de Kramatorsk, puntualizó Avakov.
En Andriivka, a varios kilómetros de Slaviansk, los habitantes recibieron al grito de "¡Volved a casa!" y "¡Vergüenza!" a una decena de blindados ucranianos que se encontraba estacionada tras destruir un puesto de control prorruso, constató la AFP.
Los militares dispararon al aire para dispersar la multitud.
En Moscú, Dimitri Peskov, el portavoz del presidente ruso, Vladimir Putin, condenó esta ofensiva que calificó de operación "de represalia", que utiliza "la aviación para disparar contra localidades civiles".
"El régimen de Kiev lanzó una operación de represalia que acaba con la última esperanza sobre la viabilidad del acuerdo de Ginebra", estimó Peskov, en alusión al acuerdo cerrado a mediados de abril entre Ucrania, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea para reducir la tensión en el país.
El portavoz ruso, que reclamó ayuda a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa para detener esta ofensiva ucraniana, indicó que Moscú desplegó un enviado el jueves para negociar la liberación de los once inspectores de la OSCE detenidos desde hace una semana por los separatistas en Slaviansk.
Slaviansk es una de las doce ciudades del este de Ucrania bajo control de separatistas prorrusos, hostiles al poder proeuropeo instalado en Kiev tras la caída del presidente Viktor Yanukovich el 22 de febrero.
Kiev acusa de estar detrás de todo esto a Rusia, que en marzo incorporó a su territorio la península de Crimea. Moscú lo desmiente.
La situación en Ucrania y la liberación de los observadores de la OSCE ocupará buena parte de las conversaciones este viernes en la Casa Blanca entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel.
Los dos dirigentes mantendrán su primera reunión cara a cara desde que comenzó la crisis ucraniana.
La batalla entre Kiev y Moscú continuaba en los frentes militar, económico y diplomático.
Considerando que la integridad territorial de Ucrania está amenazada, el presidente interino, Olexander Turchinov, reintrodujo el jueves el servicio militar obligatorio en Ucrania, para tratar de afrontar con medios más eficaces el deterioro de la situación en el oriente del país.
Poco antes, unos 300 manifestantes prorrusos tomaron por asalto en menos de una hora la fiscalía regional en Donetsk, prueba de la impotencia de las autoridades ucranianas a la hora de mantener el orden en esta provincia rebelde.
En Lituania, la OTAN desplegó cinco barcos en un puerto del mar Báltico para reforzar la defensa y tranquilizar a los países miembros de la alianza en esta región, preocupados por la crisis en Ucrania, indicó el ministro lituano de Defensa, Juozas Olekas.
En un esfuerzo por privar de argumentos a los separatistas, el gobierno interino de Kiev dijo que contempla celebrar un referéndum sobre la unidad y la descentralización del Estado en paralelo a la elección presidencial anticipada el 25 de mayo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), que el jueves aprobó un plan de ayuda de 17.000 millones de dólares para Ucrania, reconoció que deberá modificarlo si Kiev pierde definitivamente algunas regiones del oriente.
Según el FMI las provincias del este como Donetsk, Lugansk o Jarkov representan más del 21% del PIB del país y el 30% de su producción industrial.
Los 17.000 millones de dólares prometidos por el FMI, que serán desbloqueados a lo largo de dos años y están condicionados a un programa de rigor, forman parte de un plan de apoyo global de 27.000 millones, en el que también participan la Unión Europea y el Banco Mundial.