El presidente Barack Obama puede ser capaz de eliminar rápidamente a Cuba de la lista de los Estados patrocinadores del terrorismo, aumentar las relaciones comerciales e incluso establecer la embajada de Estados Unidos en La Habana, pero cuando se trata de nombrar a un embajador en Cuba es diferente porque podría demorar mucho tiempo, sostiene este jueves un artículo de Nahal Toosi publicado en Politico.
"El nombramiento de un embajador requiere de la confirmación del Senado y la nominación podría desencadenar una lucha intensa que incidiría en la campaña presidencial de 2016, ya que dos de los senadores más opuestos al acercamiento de Obama con Cuba –Marco Rubio y Ted Cruz– se están postulando a la Presidencia”.
También es una batalla innecesaria, como algunos argumentan, "porque la misión de Estados Unidos en La Habana puede funcionar sin un embajador oficial".
Sin embargo, el senador demócrata Ben Cardin, del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, comentó que no sería útil una confrontación entre el presidente Obama y el Senado que al final puede no resultar exitosa porque tardaría mucho tiempo en llegar a su fin.
La Casa Blanca declinó hacer comentarios sobre su decisión de si se mantendrá a distancia o si está considerando algún nombre.
"Por ahora, la Administración se centra principalmente en las negociaciones con los cubanos en el restablecimiento de las embajadas en ambas capitales", concluye el artículo.