Más de tres semanas llevan aislados, desabastecidos y sin servicio de telefonía celular los residentes del poblado de Torriente, en el municipio de Jagüey Grande, en la provincia de Matanzas, donde la situación epidemiológica se agravó con la variante sudafricana del COVID-19.
Desde Torriente, el activista Alexander Águila Sosa denunció que el corte del servicio telefónico por las autoridades tiene el propósito de que los residentes no puedan informar en redes sociales la realidad de lo que está ocurriendo allí.
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“Todos los móviles están sin cobertura, no nos va a matar la COVID-19, ni por la cepa sudafricana, nos va a matar el confinamiento y el hambre", explicó.
Las autoridades sanitarias del país reconocieron que el brote de una letal enfermedad en el municipio matancero de Jagüey Grande, "está en estudio".
"En la zona está, tenemos siete edificios aislados, después de las 12 del mediodía no hay nada abierto y las calles están llenas de personas en busca de alimentos, por eso hoy tuvimos el doble de los casos del día anterior”, comentó el opositor.
"Todos los estudios clínicos, epidemiológicos y de laboratorios que se han realizado a los casos relacionados en los controles de foco y el evento institucional, corroboran el diagnóstico de COVID-19, no identificándose otros virus que pueden ocasionar Infecciones Respiratorias Agudas", reconoció una nota del Ministerio de Salud Pública en la que se informa de cientos de casos desde el mes de marzo.
En cada rincón del país hay testimonios de cómo la población sufre el impacto de la crisis económica y epidemiológica, del hostigamiento policial y del malestar social agudizado en medio de un significativo rebrote que ocasionó en las últimas 24 horas 12 fallecidos y 1,207 nuevos casos, la cifra más elevada hasta la fecha en un solo día.
Desde Pinar del Río hasta Guantánamo llueven los reportes sobre la falta de alimentos y medicamentos y también llueven las multas por el delito de Propagación de Epidemias, dijeron residentes en la isla a Radio Televisión Martí.
En la más occidental de las provincias se implementará un "permiso de movilidad ciudadana" para limitar, a partir del próximo lunes, el movimiento a un sólo miembro de cada familia.
Una sola persona por casa será autorizada a salir y si sale alguien sin este salvoconducto, que están entregando los CDR, será multado por propagación de epidemias, explicaron varias fuentes a nuestra redacción.
Aunque, al parecer, este mecanismo no resolverá el problema principal que es el grave desabastecimiento, según explica desde esta provincia el periodista independiente Maikel Norton.
"Las personas siguen sin tener un lugar donde acudir sin aglomeraciones para adquirir los productos de primera necesidad”, señaló el activista residente en Los Palacios.
La imposición arbitraria de multas bajo el pretexto de la pandemia también tiene a la población en estado de crispación, como sucedió en la ciudad de Victoria de las Tunas, con el pastor apostólico Alain Santiesteban, quien fue multado injustamente por el monto de 2 mil pesos, supuestamente por el delito de Propagación de Epidemias en su casa-culto.
“Dos policías que son vecinos y que están en contra de nuestra iglesia, ellos abusando del cargo, fueron a ver al Jefe de Sector, que se llama Marino Martínez Rivera y él mandó la orden y me aplicaron la multa”, dijo el religioso.
La Habana enfrenta ya una crisis en el sistema de salud, concluyó el científico Oscar Casanellas.
“En el sistema sanitario hay un colapso, las personas llegan a los centros de salud donde ni siquiera hay camas en muchas ocasiones y también hay falta de medicamentos”, señaló el biólogo.
William Tamayo cuenta que en Banes, Holguín, el faltante de alimentos y medicinas es total, no hay arroz ni frijoles.
“En el policlínico César Fornés Frutos, no hay medicamentos y si se trata de la clínica estomatológica, para ser atendido para una extracción, usted tiene que llevar las jeringuillas, los guantes quirúrgicos y la anestesia, que todo eso hay que comprarlo en la bolsa negra”, contó el activista.
Sancti Spíritus no escapa a la escasez y al aumento del malestar social, alerta el comunicador Adriano Castañeda.
“El gobierno no puede controlar el problema de la pandemia y el pueblo está pidiendo comida”, dijo el periodista..
Desde Guantánamo el activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) Henry Couto Guzmán, nos dice que ha desaparecido las dietas especiales para los pacientes VIH-SIDA, entre ellos el suministro de leche y las proteínas.
“Como dieta en sustitución del pescado Jurel, que es el que contiene Omega-3 y otros nutrientes esenciales para fortalecer el sistema inmunológico de estas personas, lo que les están vendiendo es claria”, reportó el activista.