La Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA) anunció los ganadores del Concurso de poesía "Lazos" y la entrega del premio al escritor y miembro de la oficial Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), el holguinero Ronel González Sánchez, según informó la página digital de la sede diplomática.
El jurado compuesto "por poetas profesionales, incluyendo a Justin Davis", funcionario del Departamento Político-Económico de la SINA; y la escritora cubana Lina de Feria, que ha sido nominada varias veces al Premio Nacional de Literatura.
Ronel González obtuvo el premio con el poema "El despertar de la muralla", con un exergo del conocido poema "La Muralla" de Nicolás Guillén. Además, fueron premiados "Visión de futuro", de Martha Vieiro García (Santiago de Cuba), en segundo lugar; y "Lazos", de Elsa López Bueno (Santiago de Cuba), en tercer lugar.
El jurado entregó también menciones a: "Love", de Dalila León Meneses (Sancti Spíritus); "El Abrazo", de Natividad Sergia Domech Cárdenas (La Habana); y "El Puente", de Javier Cruz Roque (Artemisa).
El poema más popular entre los amigos de la página de Facebook de la SINA fue "Declaración", de Ramón Claver (La Habana), con un total de 32 seguidores.
Lydia Barraza, jefa adjunta de la Oficina de Prensa y Cultura, "expresó su alegría por el éxito del concurso y agradeció a los participantes, los jueces y los amigos del Facebook que votaron por los poemas".
La nota por la premiación del concurso concluyó con la intención siguiente: "La Oficina de Prensa y Cultura quiere promover estas obras en cualquier espacio donde sean adecuadas y bienvenidas –como galerías, restaurantes, casas de cultura– y agradecería cualquier idea de nuestros lectores al respecto".
Los poemas ganadores serán expuestos en la SINA en fecha aún por definir.
El despertar de la muralla
"Tun tun ¿quién es?/ La paloma y el laurel
¡Abre la muralla!/"
Nicolás Guillén
Cuando destroce la férrea cortina
el recóndito ariete de la paz
y sea la luz el epitafio del resentimiento,
los puentes camuflados por la niebla,
entrevistos en solfa desde los días del Génesis,
no serán más espejismeante atisbo
sino una inexplorada vastedad simbólica
sobre la página que urdirá el poeta
en la plenitud cordial de la esperanza.
Cuando se transfigure hasta la anulación
irreversible de sus átomos,
el eco de la muerte rebotando en los muros,
la postergada voz de los hogares
inmersionados en las aguas
y los desentonos de la insularidad,
cruzará el umbral desde las sombras,
mientras el bosque de la fatalidad
arde despacio
y se disponen los maderos
en jubilosa parsimonia
junto a la hoguera prístina.
Ronel González Sánchez