La comunidad de Miami acudió este lunes a la Ermita de la Caridad para dedicarle una misa a Celia Cruz, una de las voces cubanas de mayor renombre a nivel internacional, ganadora de innumerables discos de oro y platino, quien falleciera hace exactamente 15 años.
Un gran número de cubanos se hizo presente en la Ermita, sitio sagrado para los exiliados católicos de la isla, para escuchar la homilía del sacerdote Carlos Céspedes y rendirle homenaje a la popular cantante, quien obtuviera más de una decena de premios Grammy y grabara casi 80 discos.
En el culto participaron familiares, amigos y admiradores de la Reina de la salsa, quien popularizara títulos como La negra tiene tumbao, La vida es un carnaval, Que le den candela, entre muchos otros súper éxitos.
Su sobrino, Francisco Pipo Hernández, y su sobrino-nieto Jean Hernández, asistieron a la ceremonia religiosa. Estaban además su maquillista Zoila Valdés y su albacea y productor, Omer Pardillo, quien se ha dedicado durante años a conservar y difundir el legado de la artista en Estados Unidos y otros países.
Dos promesas le hizo Pardillo a La guarachera de Cuba: "Hacer una exhibición muy grande en Cuba cuando sea libre. Eso para mí es una promesa primordial. Y la segunda es una estuadua en el Central Park. Celia fue de Nueva York, vivió toda la vida en Nueva York y se merece una estatua allí", dijo a Radio Martí el exitoso empresario artístico.
"Hacemos estas actividades para recordar a Celia Cruz con alegría, porque fue una mujer completa, sencilla, amable, seria cuando tenía que ser seria. Muy humana, muy amiga. Con su familia fue una persona extraordinaria hasta los últimos días", manifestó Francisco Hernández.
Celia Cruz nació en La Habana el 21 de octubre de 1925, con el nombre de Úrsula Hilaria Celia Caridad Cruz Alfonso, y murió a los 77 años el 16 de julio de 2003 en su casa, en el borough de Fort Lee, New Jersey, un estado donde también era especialmente querida.
También este lunes, en la capilla del cementerio Woodland, en New York, donde descansan los restos mortales de la cantante, se ofició una misa en su recordación.
Próximamente otras actividades tendrán lugar en la Ciudad del Sol, para continuar conmemorando el 15 aniversario del último adiós a quien inmortalizara temas como Ríe y llora, Yo viviré y Quimbara.
El 18 de octubre, en el Museo Americano de la Diáspora Cubana, se inaugurara la exposición Por siempre Celia, compuesta por más de 700 piezas pertenecientes a la intérprete. Quienes acudan al Museo podrán descubrir vestuarios que la cantante conservó por más de medio siglo, discos, carteles, libros, así como fotografías inéditas y documentos personales, entre los que destacan el pasaporte cubano que usó para salir de su país en 1960 y su primer contrato con el teatro Hollywood Paladium, de New York, firmado por 2000 dólares por cada actuación.
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Además, el 16 de noviembre en el Arsht Center, subirá nuevamente a escena el musical titulado Celia, su vida, su música, su leyenda, protagonizado por la cantante cubana Lucrecia, para quien Cruz constituye un ídolo musical.
Celia Cruz recibió en 1994 el más importante premio del gobierno de Estados Unidos a un artista, el National Endowment for the Arts. Tiene estrellas en el Paseo de la fama en Hollywood y en Caracas. Su trabajo creativo fue reconocido por las universidades de Yale, Miami y Florida International University, quienes le otorgaron doctorados Honoris Causa. Su manera de cantar continúa influyendo a las nuevas generaciones de músicos latinos.