La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó esta semana una actualización de sus proyecciones de crecimiento económico para los países de la región, en la que Cuba termina con indicadores peores de los previstos en el Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2023.
La proyección para Cuba en 2024, según el defenestrado Ministro de Economía Alejandro Gil Fernández, sería de un crecimiento del PIB del 2% y según la CEPAL, en un primer balance, solo de un 1,7%.
Sin embargo, en la corrección publicada días atrás el crecimiento del PIB proyectado por la CEPAL para Cuba es de sólo 1.3%.
De manera general, el organismo de las Naciones Unidas prevé que la región crecerá en promedio un 2,1% este año, con América del Sur creciendo un 1,6%, América Central y México un 2,7% y El Caribe (excluyendo Guyana) un 2,8%.
La expansión esperada para la región en 2024 se mantiene en la senda del bajo crecimiento económico observado en los últimos años, y el gran desafío es cómo avanzar hacia un crecimiento más alto, dinámico e inclusivo, indica la Comisión de la ONU en un comunicado.
"El bajo crecimiento esperado en 2024 no es solo un problema coyuntural, sino que refleja la caída de la tasa de crecimiento tendencial del PIB regional. La región se encuentra en una crisis de desarrollo caracterizada por tres trampas que se refuerzan mutuamente: una trampa de bajo crecimiento, una trampa de alta desigualdad y baja movilidad social y una trampa de baja capacidad institucional y gobernanza ineficaz", indica el organismo.
En un evento nacional celebrado esta semana en la isla, José Luis Rodríguez, asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial y exministro de Economía de Cuba, reconoció que existe una "pugna de ideas que se da hoy en la esfera de la economía, donde en algunos casos se pregona que hay que liquidar la planificación y soltar todo al mercado".
"Eso no resuelve ningún problema; estaríamos acabando con toda la obra social de la Revolución", dijo el funcionario, según reseña la publicación oficialista Juventud Técnica.
El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel aseguró el viernes en una conversación con el canciller cubano Bruno Rodríguez que las prioridades del país son el sistema energético y el sistema alimentario.
El mandatario utilizó la palabra "emergencia" para calificar la situación en se encuentra la isla y reconoció que el pueblo cubano vive entre "tanta dureza".
Las autoridades cubanas han defendido varias políticas económicas como el llamado "ordenamiento monetario" y la "bancarización", entre otros ensayos fallidos. La más reciente apuesta consiste en un "programa de estabilización macroeconómica", con el que buscará establecer "un entorno monetario, cambiario, financiero y fiscal para impulsar la recuperación y el crecimiento de la economía, la convertibilidad y funciones de la moneda nacional y la reducción de la inflación".
El supuesto programa de estabilización macroeconómica que ha implementado el Gobierno en su intento por salir de la crisis incluye el incremento del precio del combustible en un 500 %, así como la dolarización de la venta de gasolina y diésel a particulares en unas 30 gasolineras del país y una subida de hasta el 600% de las tarifas de múltiples servicios.