El plan económico cubano de 2014 incluye docenas de cambios sobre cómo las empresas, responsables de la mayor actividad económica del país, hacen negocios: Marino Murillo.
Los esfuerzos que realiza Cuba para construir una economía más orientada al libre mercado pasan por levantar las prohibiciones sobre los bienes personales, los viajes, y actividades económicas menores para reformar las empresas estatales más grandes, señala el periodista independiente Marc Frank, desde La Habana, en un escrito que publica Financial Times.
Según Frank, Cuba presiona a favor de las reformas, pero insiste en que la isla no está a la venta.
"La vida ha demostrado que el Estado no puede ocuparse de toda la economía, que debe ceder el espacio a otras formas de gobierno", dijo la semana pasada a un grupo de periodistas Marino Murillo, el hombre designado para dirigir los esfuerzos de reforma del gobernante Raúl Castro.
Pero Murillo, miembro del Buró Político y vicepresidente del Consejo de Ministros, hizo hincapié en que se trataba de una transferencia de la administración y no una reforma "propiedad del pueblo".
Ninguna de las 190 empresas que operan temporalmente en compañías mixtas en Cuba posee propiedad absoluta, ni tienen el derecho de vender las acciones sin la autorización de su pareja, el Estado, indicó Frank en su escrito.
Murillo dijo también que el plan económico de 2014 incluye docenas de cambios en cómo las empresas, responsables de la mayor actividad económica del país, hacen negocios.
Las reformas afectarán a las grandes empresas estatales, como la empresa de telecomunicaciones Etecsa, las empresas de turismo, la empresa comercial Cimex y la azucarera Azcuba.
Murillo dijo que los cambios incluyen la concesión de más autonomía a los administradores y permiso para vender productos en exceso después de cumplir con las obligaciones del Estado en el mercado, y permite a las empresas retener la mitad de sus ganancias después de los impuestos para inversiones menores y aumentos salariales.
En la actualidad, 4 millones de los 5.1 millones miembros de la fuerza laboral cubana trabajan para el Estado, el resto trabajan en lo que se denomina el sector "no estatal", declaró Mateu Pereira, asesor del Ministro de Trabajo y Seguridad Social. Se estima que 1 millón de cubanos en edad de trabajar no buscan empleo.
Según Frank, Cuba presiona a favor de las reformas, pero insiste en que la isla no está a la venta.
"La vida ha demostrado que el Estado no puede ocuparse de toda la economía, que debe ceder el espacio a otras formas de gobierno", dijo la semana pasada a un grupo de periodistas Marino Murillo, el hombre designado para dirigir los esfuerzos de reforma del gobernante Raúl Castro.
Pero Murillo, miembro del Buró Político y vicepresidente del Consejo de Ministros, hizo hincapié en que se trataba de una transferencia de la administración y no una reforma "propiedad del pueblo".
Ninguna de las 190 empresas que operan temporalmente en compañías mixtas en Cuba posee propiedad absoluta, ni tienen el derecho de vender las acciones sin la autorización de su pareja, el Estado, indicó Frank en su escrito.
Murillo dijo también que el plan económico de 2014 incluye docenas de cambios en cómo las empresas, responsables de la mayor actividad económica del país, hacen negocios.
Las reformas afectarán a las grandes empresas estatales, como la empresa de telecomunicaciones Etecsa, las empresas de turismo, la empresa comercial Cimex y la azucarera Azcuba.
Murillo dijo que los cambios incluyen la concesión de más autonomía a los administradores y permiso para vender productos en exceso después de cumplir con las obligaciones del Estado en el mercado, y permite a las empresas retener la mitad de sus ganancias después de los impuestos para inversiones menores y aumentos salariales.
En la actualidad, 4 millones de los 5.1 millones miembros de la fuerza laboral cubana trabajan para el Estado, el resto trabajan en lo que se denomina el sector "no estatal", declaró Mateu Pereira, asesor del Ministro de Trabajo y Seguridad Social. Se estima que 1 millón de cubanos en edad de trabajar no buscan empleo.