¿En que se fundamenta el ruscismo? La ideología del ruscismo tiene basamento en el concepto mesiánico de una presunta "misión civilizadora especial" de los rusos, una intolerancia a la cultura de otras naciones, incluso los eslavos (porque son más fáciles de rusificar), así como a las naciones que vivían en el Imperio Ruso o la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Se presenta esta ideología con un marcado ultranacionalismo, virulento uso de la ortodoxia rusa como doctrina moral, instrumentos geopolíticos de influencia o presión (principalmente de recursos energéticos para los países europeos).
No falta el uso (brutal) de la fuerza militar con los países que forman parte de lo que Moscú considera su esfera de influencia (lo mismo imperio ruso o soviético).
La imagen perfecta para entender los pilares de esta doctrina está en la obra Fundamentos de geopolítica: el futuro geopolítico de Rusia del ya mencionado Alexander Duguin, ideólogo principal del Kremlin en las últimas décadas y uno de los herederos de los postulados de Ilyin.
¡Rusia todo, el resto nada!
Durante su juventud, flirteó Duguin con el espiritismo y el satanismo. Eran los años ochenta, existía la URSS, y a pesar de ser hijo de un general de la inteligencia militar soviética, se identifica con la llamada Orden Negra SS, grupo creado en el underground soviético. La revista Soverchenno Sekretno describe a este grupo fundado por el poeta, metafísico y espiritista Eugenio Golovin, como una organización con jerarquía similar a las SS alemanas, y exaltaban a la Sociedad Thule, el Santo Grial, la Atlántida; todos símbolos sagrados del hitlerismo. La revista del grupo se llamaba Splendor Solis (SS)/ Esplendor del Sol.
Duguin es uno de los creadores en 1993 del partido nacional-bolchevique (NBP o nazbol), junto al escritor Eduard Limonov. Ese partido se definía como defensor de la justicia social en la economía, dominio imperial en política exterior y libertades civiles y política doméstica. Duguin era el ideólogo nacionalista y Limonov el radical anarquista. El lema de la agrupación era "¡Rusia todo, el resto nada!".
La obra de Duguin "Fundamentos" fue acogida en entornos académicos y militares rusos desde 1997 como libro de texto. En ella se propone una reconfiguración territorial y la formación de alianzas geopolíticas basadas en criterios culturales y religiosos, sugiriendo un orden mundial donde Rusia juega un papel central. Ahí se da una interpretación de la lucha entre Eurasia y el Atlantismo (mejor definido por el autor como Euroatlantismo).
De un modo irracional y con ribetes de culto, se combina en sus páginas la repartición o desaparición de territorios de naciones (Finlandia, Armenia, Moldavia, Georgia, Estonia, Ucrania, Turquía, Mongolia, etc.) así como la creación de ejes políticos (Moscú-Berlín, Moscú-Ereván-Teherán) o de bloques de naciones (Ortodoxos Cristianos – griegos, serbios, rumanos, macedonios, bosnio-serbios).
El Estado ruso de Putin ha utilizado relatos históricos y mitología, como el concepto de "Moscú como la Tercera Roma"
Las características del ruscismo se pueden identificar de la siguiente manera:
- Expansionismo y agresión militar: Elemento clave del ruscismo es la tendencia hacia el expansionismo con ejemplos en Georgia en el 2008, Crimea y Donbas en el 2014 y la invasión a Ucrania en el 2022. Estas acciones demuestran un deseo de recuperar territorios que fueron parte de la URSS o del Imperio Ruso, impulsado por una “misión civilizatoria especial”.
- Culto a la personalidad y nacionalismo: El desarrollo de un culto a la personalidad en torno a Putin, combinado con un intenso nacionalismo y el fomento de la idea de Moscú como la "Tercera Roma". Sugiere un solapamiento ideológico con los principios fascistas y nazistas. Esta mezcla de ultranacionalismo y fuerte liderazgo del caudillo se vivió en Italia y Alemania en el siglo XX.
- Sentimiento antioccidental: Se caracteriza por un fuerte sentimiento que considera adversarios a los países e instituciones occidentales. Tal característica se ha manifestado de diversas formas, que van desde los enfrentamientos militares, ciberataques y hasta campañas de desinformación destinadas a desestabilizar a las sociedades o naciones en los países occidentales.
- Represión de la disidencia: El gobierno de Putin se ha destacado por la represión a la oposición y disidencia política, restringiendo las libertades de expresión, prensa y reunión. El trato a opositores políticos, periodistas y activistas se cita a menudo como prueba de un sistema antidemocrático que encuadra en las prácticas totalitarias. Muchos de los opositores o críticos de Putin están exiliados (Ilia Ponomarev, Mijail Jodorkovski, Gari Kasparov), presos (Vladimir Kara-Murza, Ilya Yashin, Oleg Orlov) o muertos (Anna Politkovskaya, Boris Nemtsov, Natakya Estemirova, Serguei Magnitski o Andrei Navalny). Las ejecuciones a críticos y opositores ocurren los mismo dentro de Rusia que en el extranjero (Alexander Litvinienko, Alexander Pereplilichny, Maxim Kuzmenov).
- Desinformación y propaganda: Un aspecto significativo del ruscismo es el uso estratégico de la desinformación y la propaganda, tanto a nivel nacional como internacional, para promover la narrativa del Estado ruso, sembrar la discordia entre los adversarios y enmascarar sus propias acciones agresivas. Esto ha sido particularmente evidente en el contexto de sus acciones militares en Ucrania y Siria. Sus instrumentos de desinformación son medios de prensa gubernamentales como Russia Today, Sputnik, TASS, etc.
- Uso de la historia y la mitología: El Estado ruso de Putin ha utilizado relatos históricos y mitología, como el concepto de "Moscú como la Tercera Roma", para justificar sus acciones y políticas. Esto enlaza con la idea más amplia de una “misión civilizadora especial”, que sugiere una superioridad y un destino de liderazgo o expansión que recuerda a las ideologías de Roma y Berlín con Mussolini y Hitler.
Es importante definir el ruscismo y exponer su práctica. El término ya se menciona en documentos parlamentarios ucranianos, en las declaraciones de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN. La Declaración 482 titulada Unidos y Decididos en apoyo de Ucrania, se adoptó en mayo del 2023 durante una sesión plenaria en Luxemburgo. En ella se denunciaba la agresión rusa, se expresaba respeto y admiración por la resistencia del pueblo ucraniano, y se condenaba el uso del hambre por parte de Rusia como parte de su ideología y prácticas del ruscismo.
Si bien el ruscismo mezcla aspectos del fascismo, nazismo y comunismo, constituye un fenómeno único en Rusia.
Se gestó a lo largo de siglos de procesos político-sociales negativos, autoritarios y discriminatorios en su territorio, en los que se fueron combinando elementos de la mentalidad imperial de una "Gran Rusia" y el oscurantismo clerical ortodoxo.
Es un término hondamente preciso y, al ser un fenómeno exclusivamente ruso, debería ser denominado como tal. Pocos dudan que al igual que su antecesor, el nazismo, este ruscismo será erradicado también.