Las políticas económicas fallidas del régimen cubano, administrado por el gobernante Miguel Díaz-Canel y el primer ministro Manuel Marrero, han hundido el poder adquisitivo de los ciudadanos en más del 50% en apenas dos años, de acuerdo con cálculos de varios expertos.
“Es incorrecta la insistencia oficial acerca de que la gestión del presupuesto, topes de precios o la bancarización están siendo instrumentos claves para contener la inflación. La evidencia indica la centralidad de la compresión de la remuneración del trabajo como por ciento del Producto Interno Bruto (PIB)”, dijo el economista Pedro Monreal en uno de sus hilos en la red social X, donde analiza la situación cubana.
“Lejos de cumplir su promesa de mejorar la vida de los ciudadanos, el paquetazo del ordenamiento redujo en apenas 2 años un tercio el salario real (ajustado a la inflación oficial), pero cae 58% cuando se ajusta utilizando datos de inflación menos optimistas”, añadió.
El régimen cubano impulsó un importante ajuste económico en medio de la pandemia de coronavirus en 2020, a lo que se han sumado nuevas medidas y la destitución del ministro de economía Alejandro Gil, quien se encuentra en paradero desconocido desde hace meses.
El gobierno enfrenta un complejo sistema monetario con tres monedas, cuatro tipos de cambio y dos mercados, en medio de inflación, escasez y dolarización. El Gobierno busca ordenar este caos con un plan de ajuste severo, que incluye una devaluación y unificación del tipo de cambio, dijeron los economistas.
Las medidas, que incluyen aumentos significativos en precios de combustibles, electricidad, agua y transporte, buscan reducir el déficit fiscal y reactivar una economía debilitada por la pandemia, sanciones de EEUU y errores políticos internos. Los expertos mantienen sus dudas sobre la eficacia de estas medidas.
Toparon los precios y desaparecieron los productos
Tras el fracaso de las medidas, el régimen ha impuesto duros topes de precios y la persecución de las pequeñas empresas privadas con la esperanza de aminorar la inflación.
“Es un dislate asumir que topes de precios, multas, inspectores y “grupos de observación” son efectivos para contener inflación en un contexto de baja oferta y déficit fiscal gigante. Es populismo trasnochado”, opinó Monreal.
Por su parte, el estudioso del emprendimiento en la isla, Ángel Marcelo Rodríguez Pita, dijo a Martí Noticias que estas medidas, diseñadas para desacelerar la inflación, han tenido resultados contraproducentes, exacerbando la crisis económica en Cuba.
"Al contrario, aumentan los riesgos dentro del proceso inflacionario porque están muriendo afectaciones al consumo", afirmó.
El economista explicó que aunque se ha intentado estabilizar el valor del dólar frente a la moneda nacional, la velocidad con la que aumentan los precios en el mercado supera la velocidad del incremento del dólar. "Los precios suben más rápido que lo que sube el dólar o el euro en el mercado. Entonces, las personas cada vez tienen menos capacidad de acceder al consumo con igual cantidad de divisas", explicó Rodríguez Pita.
La inflación se come el salario de los cubanos
Rodríguez Pita destacó que aunque los salarios han aumentado nominalmente, los precios de los productos básicos han subido aún más.
"Un aguacate que costaba 25 pesos hoy cuesta cerca de 300", señaló, ilustrando cómo los aumentos salariales han sido insuficientes para mantener el poder adquisitivo frente a la inflación galopante.
"Los salarios han subido 10 veces, pero los precios de los productos han subido más de 10 veces", añadió.
En abril pasado, la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) cifró en 4.648 pesos el salario medio “nominal” de Cuba en 2023, sin ajustarlo al aumento de precios que ha traído la inflación. El salario mínimo establecido es de unos 1.910 pesos antes de los pagos de la seguridad social.
Otro aspecto crucial es la arremetida del régimen contra las micro, pequeñas y medianas empresas, conocidas como Mipymes. Rodríguez Pita explicó que esta política ha llevado a un aumento del mercado negro, donde muchos productos se comercializan de manera informal para evadir los topes de precios.
"La mayoría de los productos no se están comercializando de manera formal por las Mipymes ni por los trabajadores por cuenta propia. Llegas al punto de venta y te dicen que tienen leche o aceite, pero no los venden allí, sino de manera clandestina debido a estos topes de precios", detalló.
¿Qué pasará a futuro?
Las perspectivas para la economía cubana son desalentadoras. El sector público apenas puede sostenerse y depende en gran medida de los ingresos fiscales que, según Rodríguez Pita, son insuficientes para mantener el gasto público.
"Hoy en día el sector público apenas puede sostenerse. Depende en gran medida de lo que recaude el Estado a través de impuestos, pero lo que se está recaudando es insuficiente", señaló. La deuda pública se ha elevado y el gobierno, en un intento desesperado por encontrar recursos, arremete contra el sector privado, agravando aún más la situación económica", subrayó el experto.
A mediados de julio, el Ministerio de Finanzas y Precios de Cuba solicitó al Consejo de Estado incrementar el déficit fiscal en 30.000 millones de pesos, elevándose a más de 98.000 millones. La solicitud partió de una ejecución del presupuesto estatal en 2023 afectada por la "ralentización de la economía, los desequilibrios financieros, la elevada inflación y el incumplimiento de los ingresos planificados", dijo entonces el ministro Vladimir Regueiro Ale en el pleno de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
"No creo que el gobierno cubano, a corto plazo, logre solucionar el problema. Más bien se agrava en la medida que pasa el tiempo", advirtió.