Economistas, campesinos e intelectuales cubanos ven con preocupación la recién promulgada ley tributaria de la Isla.
La nueva ley tributaria anunciada por el gobierno de Cuba entrará en vigor en enero de 2013 y aunque era esperada por todos ya la ciudadanía avizora desaciertos.
La bloguera cubana Yoani Sánchez considera que era necesario regular la economía para sanear las finanzas pero advirtió que aún el país no está “en condiciones de apretar la mano con los gravámenes”.
Para Sánchez, que no excluye la importancia de que los individuos paguen impuestos, elevar en estos momentos los gravámenes desestimulará a las personas, y “en vez de la nueva ley convertirse en un estímulo, terminará poniéndole un freno a la productividad”, aseguró.
La publicación oficialista Granma indica que la ley tributaria que se aplicará a partir de enero (sustituye la ley 73 que se venía aplicando en Cuba) contempla una carga tributaria menor para el sector agropecuario y advierte que impondrá un tributo para las tierras ociosas con el objetivo de fomentar la producción.
Pero el campesino y expreso político de los 75, Diosdado González Marrero, residente en Perico, Matanzas, precisa que la nueva ley les impone más gravámenes y eso los asfixia.
González Marrero destaca que son muchas las penurias y vicisitudes que enfrentan y si aumentan los impuestos “tendremos que coger la soga con que amarramos los animales para ahorcarnos con ella”, comentó preocupado.
Por su parte, el economista Oscar Espinosa Chepe, residente en La Habana, pronostica que la nueva ley también complicará más a los pequeños negocios privados.
Espinosa Chepe considera que la idea del gobierno es que los cubanos ganen lo menos posible.
A juicio del experto, las personas que trabajan por cuenta propia enfrentarán un nuevo problema, porque “el gobierno no quiere que ellos progresen”, apuntó.
La nueva ley tributaria prevé sanciones “más duras para los infractores”, según la publicación oficial cubana.
La bloguera cubana Yoani Sánchez considera que era necesario regular la economía para sanear las finanzas pero advirtió que aún el país no está “en condiciones de apretar la mano con los gravámenes”.
Para Sánchez, que no excluye la importancia de que los individuos paguen impuestos, elevar en estos momentos los gravámenes desestimulará a las personas, y “en vez de la nueva ley convertirse en un estímulo, terminará poniéndole un freno a la productividad”, aseguró.
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La publicación oficialista Granma indica que la ley tributaria que se aplicará a partir de enero (sustituye la ley 73 que se venía aplicando en Cuba) contempla una carga tributaria menor para el sector agropecuario y advierte que impondrá un tributo para las tierras ociosas con el objetivo de fomentar la producción.
Pero el campesino y expreso político de los 75, Diosdado González Marrero, residente en Perico, Matanzas, precisa que la nueva ley les impone más gravámenes y eso los asfixia.
González Marrero destaca que son muchas las penurias y vicisitudes que enfrentan y si aumentan los impuestos “tendremos que coger la soga con que amarramos los animales para ahorcarnos con ella”, comentó preocupado.
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Por su parte, el economista Oscar Espinosa Chepe, residente en La Habana, pronostica que la nueva ley también complicará más a los pequeños negocios privados.
Espinosa Chepe considera que la idea del gobierno es que los cubanos ganen lo menos posible.
A juicio del experto, las personas que trabajan por cuenta propia enfrentarán un nuevo problema, porque “el gobierno no quiere que ellos progresen”, apuntó.
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La nueva ley tributaria prevé sanciones “más duras para los infractores”, según la publicación oficial cubana.