La Major League Soccer (MLS) ya tuvo una probadita en el 2023 de lo que significa tener a Lionel Messi por estos lares.
El astro argentino apenas disputó 14 partidos con el uniforme del Inter Miami, divididos entre el final de la temporada de la MLS, la Leagues Cup y la Lamar Hunt US Open Cup, suficientes para que los ojos de todo el mundo se posaran como nunca antes sobre una liga considerada inferior por los principales circuitos del planeta.
El Inter, nacido en 2018, logró el primer título para su vitrina, cuando La Pulga lo llevó a conquistar la Leagues Cup, torneo que incluye a los equipos de la MLS y la liga mexicana.
Ahora, la MLS se apresta a jugar su primera temporada completa bajo el manto de la Messimanía, que revolucionó por completo la liga, desde el punto competitivo, hasta el financiero.
Con la llegada de su viejo amigo Luis Suárez, Messi y el Inter salen como favoritos para darle a Miami su primera corona de la MLS.
Pero no es sólo el once miamense, bien llamado también el Barcelona de la Florida, el beneficiado con el furor desatado por el argentino.
Los demás clubes vieron cómo las gradas de sus estadios se abarrotaron hasta los celajes cuando recibían a las Garzas Rosadas, pues todo el mundo quería ver al que para muchos es considerado el mejor jugador de la historia.
Eso les permitió multiplicar notablemente los precios de los boletos en los partidos contra Miami y engordar sus arcas a costa del visitante.
Para el 2024, el Sporting de Kansas City ya tomó nota del asunto y decidió cambiar la sede de su partido de la novena fecha, cuando reciba a Messi y compañía el sábado 13 de abril.
En lugar de jugar ese partido en el Sporting Park, con capacidad para 18 mil espectadores, el club acogerá al Inter Miami en el Arrowhead Stadium, del equipo de fútbol americano Kansas City Chiefs, que tiene un aforo para 79 mil fanáticos.
No es de extrañar que otros equipos que tienen estadios pequeños tomen una decisión similar.
En Miami, desde el año pasado los amantes del balompié clamaban porque el equipo hiciera lo mismo y moviera su sede del DRV PNK Stadium de Fort Lauderdale, donde caben 21 mil personas, para el Hard Rock Stadium de los Dolphins, con capacidad para 65 mil 326.
Sin embargo, en este caso existen obstáculos legales por un contrato firmado con el parque actual, que aloja temporalmente al Inter hasta tanto se concluyan las obras del Miami Freedom Park, previsto a inaugurarse en el 2025, con un aforo para 25 mil asistentes.
Por ahora, los dueños de todos los clubes se frotan las manos y esperan que La Pulga los ayude con su magia a llenar los bolsillos como nunca lo soñaron.
Hay que exprimir al máximo la Messimanía, pues no se sabe qué depara el futuro cuando el argentino cuelgue los botines y diga adiós.
Tal vez para entonces, la MLS se haya convertido en un circuito renombrado o quizás vuelva a ser el cementerio donde las grandes figuras vienen a patear sus últimos balones en estadios semivacíos.