El cubano Randy Arozarena siguió aportando magia, esta vez con un jonrón en el primer inning, pero el triunfo en la Serie Mundial de las Ligas Mayores fue para los Dodgers de Los Angeles. Son los campeones por primera vez desde 1988.
Así fue la gran jugada de Arozarena, quien ha acumulado 10 jonrones:
Arozarena, quien técnicamente se convertirá en un rookie o novato el año que viene, fue la estrella de la postemporada con sus 10 jonrones. Es todo un récord.
Sin embargo, los Dodgers comenzaron a anotar y Mookie Betts anotó la carrera de la ventaja, que amplió después con un jonrón, para que ganaran la Serie Mundial, al imponerse el 3-1 sobre los Rays de Tampa Bay en el sexto juego.
Los Dodgers ostentaron la mejor foja de las Grandes Ligas durante esta campaña abreviada por la pandemia de coronavirus. Y en el encuentro del martes, remontaron para ceñirse al fin la corona que se les había escapado durante más de 30 años.
Para lograrlo, se aprovecharon de una decisión que se debatirá durante años, por parte de los Rays.
El abridor de Tampa Bay, Blake Snell, había recetado nueve ponches y parecía tener el control absoluto del duelo con una ventaja de 1-0. Sin embargo, el manager Kevin Cash lo retiró en la sexta entrada, cuando había un out y corredor en primera.
Los Dodgers atacaron rápidamente, y Betts arrancó hacia home desde la antesala en un rodado de Corey Seager dentro del cuadro para colocar la pizarra 2-1. Tampa Bay nunca se recuperó.
Así lo resumió Jorge Ebro, del diario El Nuevo Herald: "La Serie Mundial no pudo ser más mágica para Randy Arozarena, pero el trofeo es de los Dodgers. El mejor equipo pesó más que el mejor pelotero..."