Cuando escribimos esto los Mantarrayas de Tampa están luchando en la Serie Mundial para derrotar a los acaudalados Dodgers de Los Ángeles y conseguir el primer título de su historia.
La labor del equipo floridano es cuesta arriba considerando el poderío y nómina de los californianos, pero el caso es que ya están en la cúspide del béisbol mundial y el llevarse o no el trofeo es una labor en progreso.
Por otra parte el equipo tampeño de hockey sobre hielo se acaba de coronar campeón de la Copa Stanley.
En football, el recién llegado quarterback Tom Brady le ha inyectado sangre y optimismo al equipo local los Bucaneros de Tampa y Brady se ha dado a la tarea de hacer que su nuevo equipo se convierta en primero que gana un SuperBowl en su propia casa.
Tampa Bay que en realidad es el nombre que usa el deporte en general para designar la comunidad de dos ciudades, Tampa y St. Petersburg puede estar a las puertas de convertirse en la capital del deporte en Estados Unidos.
Pero esos resultados no han llegado de un día para otro. Las autoridades municipales de ambas ciudades, junto con los líderes cívicos que casi siempre son las locomotoras en el esfuerzo para obtener franquicias y gestionar y aportar financiamiento, son los que en una labor de años, han conseguido equipos que levantaran tiendas en comunidad.
Un caso ejemplo es cómo hicieron su entrada estos Mantarrayas en St. Petersburg, que es la ciudad que por muchas razones se escogió como sede del equipo de béisbol. Las Grandes Ligas habían decidido ampliar el número de franquicias en dos más y varias ciudades se estaban disputando el hacerse a una de ellas. Una de las condiciones de las Grandes Ligas era que la ciudad proponente tuviera un estadio o aportara una garantía económica contante y sonante de que lo iba a construir si obtenían un equipo.
Tal garantía equivalía económicamente a que la comunidad iba a incurrir en el mismo gasto que hacer un estadio y este sería “como lo querían las Grandes Ligas”. Por otra parte, el hecho de tener un estadio no garantizaba que obtuvieran el premio. Tampa decidió “jugársela” y construir un estadio para béisbol pero al mismo tiempo asegurarse de que si no obtenía el objetivo el estadio pudiera tener otros usos que generaran ingresos.
De esa decisión salió la construcción del estadio donde todavía se aloja el equipo local y finalmente el aterrizaje de este equipo en Tampa/St.Pete.
Oigo a muchas personas diciendo que el estadio es horrible porque tiene césped artificial, porque está techado y porque es “muy incómodo”. La realidad es que varios estadios de Grandes Ligas han sustituido su césped natural por césped artificial (entre ellos el de los Marlins) por distintas razones siendo la mayor de ellas el costo del mantenimiento de la yerba natural. El césped artificial tiene un alto costo inicial pero de acuerdo a las leyes fiscales de EE UU, usted. puede depreciar ese costo cada año de uso y deducir de los impuestos. Lo más probable que dentro de no mucho tiempo todos los estadios de Grandes Ligas tendrán pasto artificial
En relación con que es incómodo, siempre pregunto a esa aseveración si han asistido a un juego en ese estadio. Pocas respuestas son afirmativas. En Miami, por ejemplo, durante nuestro largo e intenso verano (que es cuando se juega béisbol), la mayor parte de los días el techo está cerrado.
Por otra parte, referente a lo del techo, muchos estadios ahora tienen techo la única diferencia es que se abren y Tampa no tenía dinero para hacer eso. Pero, ¿cómo prefiere Ud. ver un juego de 3.5 horas en agosto en Florida con 95º F: Con techo, aire acondicionado y sin lluvia o con el sol dándole de lleno?
Aparte de las instalaciones, la cosecha de estrellas deportivas salidas de Tampa es copiosa. Sería muy extensa la lista de deportistas de todos los deportes que han salido del área y siempre se nos quedarían algunos sin enumerar.
Y en cuanto a llegar a ser la capital deportiva de Estados Unidos, pese a ser lo que se le llama un “mercado Pequeño”, Tampa/St. Pete se lo han ganado.