Los niños juegan desenfrenadamente alrededor de un tractor en el vecindario de El Infernal, en la provincia de Pinar del Río, que forma parte de la renovada zona de cultivos de tabaco de Cuba.
El momento del día que todos esperan ocurre cuando el conductor Osniel Hernández llega con un remolque cubierto con una lona azul, creando una pileta rodante que viajará a través de las calles sucias del vecindario.
La idea de la piscina en el tractor se le ocurrió a los padres de familia Mariset Martínez y Yamian Válido el pasado 26 de julio para hacer a sus hijos felices y para combatir el duro calor caribeño en la comunidad adecuadamente nombrada.
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En un vecindario alejado de los centros de recreación, los miembros de la comunidad ayudaron a que la idea de una piscina en un remolque se hiciera realidad, prestando lonas, dando agua y pagando la gasolina del tractor.
“Queremos mantenerlos felices en nuestra comunidad, esto no cuesta nada”, comentó Hipólito Marraron, presidente de la cooperativa que prestó el tractor con la condición de que sólo podía utilizarse si los trabajadores agrícolas no lo necesitaban.
El tractor en El Infernal también sirve en ocasiones como una ambulancia en una zona con pocos vehículos.
Luego de que los operadores explicaron algunas reglas a los nadadores, la piscina hizo su primer trayecto exitoso mientras que los niños invitaban a sus vecinos a unirse a la celebración, una que se convirtió en la principal atracción de un vecindario pobre pero ingenioso.