Una semana antes de la inauguración de la Asamblea General de la ONU, importantes organizaciones internacionales de derechos humanos han revelado un informe que descalifica a Rusia, China, Cuba, Burundi y Kuwait para ser electas al Consejo de Derechos Humano de este organismo mundial.
En las próximas elecciones de octubre de 2023, los 193 estados miembros de la Asamblea General de la ONU deberán elegir 15 de los 47 puestos del Consejo de Derechos Humanos para el período 2024-2026.
Los abusos cometidos por esos cinco candidatos se detallan en un informe conjunto elaborado por las organizaciones no gubernamentales independientes UN Watch, Human Rights Foundation (la Fundación de Derechos Humanos) y el Centro Raoul Wallenberg para los Derechos Humanos, con sede en Suiza, Estados Unidos y Canadá, respectivamente.
"Instamos a los Estados miembros a que se abstengan de votar a favor de Rusia, China, Cuba, Burundi y Kuwait", indica el texto, que argumenta que los antecedentes de estos candidatos sobre el respeto derechos humanos en sus respectivos países y en las votaciones de la ONU no cumplen con los criterios de la ONU para ser miembro del Consejo.
"Elegir a las dictaduras de China, Rusia y Cuba como jueces de derechos humanos de la ONU es como convertir a una banda de pirómanos en los bomberos", dijo Hillel Neuer, director ejecutivo de UN Watch, un grupo independiente no gubernamental de derechos humanos con sede en Ginebra.
"Será una bofetada para sus miles de prisioneros políticos, y para millones de otros ciudadanos sometidos a represión, si la ONU convierte a los agresores flagrantes en jueces y guardianes globales de los derechos humanos", dijo Neuer.
En el caso del régimen de La Habana, que actualmente es miembro del Consejo de Derechos Humano, el informe plantea:
"Cuba comete graves violaciones a los derechos humanos, incluyendo ejecuciones ilegales o arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales, por parte del gobierno; tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes hacia disidentes políticos, detenidos y presos por fuerzas de seguridad; duras condiciones carcelarias y potencialmente mortales; arrestos y detenciones arbitrarias; prisioneros políticos; represión transnacional contra individuos en otro país; problemas serios con la independencia del poder judicial; arbitrario o interferencia ilegal con la privacidad; graves restricciones a la libertad de expresión y de medios de comunicación; serias restricciones a la libertad en Internet; sustancial interferencia con los derechos de reunión pacífica y libertad de asociación; restricciones severas sobre la libertad religiosa; restricciones a la libertad de circulación y residencia dentro del país y en el derecho a salir del país; incapacidad de los ciudadanos cambiar su gobierno pacíficamente mediante elecciones libres y justas; restricciones a la participación política; grave corrupción gubernamental; falta de investigación y rendición de cuentas por la violencia de género, incluyendo
feminicidio; trata de personas, incluida la trata forzosa mano de obra; y la ilegalización de los sindicatos independientes".
Por otra parte el reporte recuerda que "Cuba es un Estado comunista autoritario, antidemocrático y de partido único" donde el régimen "continúa aplastando toda disidencia, prohibiendo medios independientes y restringiendo severamente las libertades civiles".
El informe destaca que en junio de este año, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos concluyó que el régimen cubano fue responsable de la muerte en julio de 2012 del destacado disidente Oswaldo Payá y que Reporteros sin Fronteras sitúa a Cuba como el país con la peor calificación de libertad de prensa en América Latina, donde los medios de comunicación e Internet están bajo un estricto control y vigilancia estatal.
Además menciona que "periodistas independientes, blogueros, disidentes y artistas son rutinariamente acosados y amenazados, son objeto de detenciones arbitrarias, amenazas de encarcelamiento, agresiones públicas, allanamientos de viviendas y confiscación y destrucción de equipos".
Las organizaciones recuerdan también que en mayo de 2022, el
gobierno cubano aprobó una enmienda al código penal que prohibía efectivamente la financiación extranjera para periodistas independientes y que el derecho de los cubanos a la libertad de reunión es severamente restringido.
"Las reuniones pacíficas son a menudo dispersadas violentamente por agentes del gobierno. En julio 2021, miles de cubanos protestaron en 50 ciudades durante la peor crisis económica en décadas. Las autoridades arrestaron violentamente a más de 1.000 manifestantes, acusándolos de diversos delitos y desde entonces, cerca de 500 personas han sido condenadas".
Por otra parte, el informe alude a la trata de personas como "un grave problema de derechos humanos" y menciona el esquema de trata de personas que utiliza profesionales médicos enviados al extranjero a más de 150 países como herramientas de propaganda, mientras aplica medidas coercitivas y de represalia para evitar que deserten.
"En el último informe sobre trata de personas de Estados Unidos, Cuba tiene la clasificación más baja posible (Nivel 3), lo que significa que no cumple plenamente con los estándares mínimos para la eliminación del tráfico y no está haciendo un esfuerzo significativo para hacerlo".
En el registro de votación de Cuba como miembro del Consejo de Derechos Humanos, el informe recuerda que el gobierno comunista se opuso a las resoluciones a favor de las víctimas de derechos humanos en Irán, Siria, Bielorrusia, Burundi, Nicaragua y Venezuela, entre otros; que apoyó resoluciones que socavaron los derechos humanos individuales o abordó cuestiones más allá de la competencia del Consejo.
Como parte de la Asamblea General, Cuba votó en contra
resoluciones que hablaban en favor de las víctimas de
derechos humanos en Irán, Siria, Crimea y Georgia y fracasó
apoyar resoluciones en favor de los derechos humanos
de la víctimas en Ucrania.; también apoyó resoluciones contraproducentes que socavaban los derechos individuales al elevar conceptos vagos e indefinidos como el “derecho a la paz” por encima de los derechos humanos individuales universalmente reconocidos, y protegió a violadores de los derechos humanos a través de una resolución que niega el derecho a sancionar a tales regímenes y se opuso a una resolución sobre la responsabilidad de prevenir el genocidio.
La semana pasada decenas de organizaciones y miembros de la sociedad civil cubana rechazaron en una declaración la recién anunciada candidatura de Cuba. Los firmantes, 21 grupos y 31 activistas, sostienen que el Estado cubano incumple con sus obligaciones en materia de derechos humanos y que ha habido un retroceso extremo en el ejercicio efectivo de estos derechos en Cuba.