Las declaraciones de los presuntos mercenarios rusos detenidos en Bielorrusia esta semana son inconsistentes, dijo el jefe del grupo de investigación de Bielorrusia Alexander Agafonov, informaba este sábado el servicio ruso de Radio Europa Libre/Radio Libertad.
Los 33 rusos detenidos el miércoles en un sanatorio cerca de Minsk están siendo interrogados y sus testimonios no son coincidentes. Once de los arrestados dijeron que su destino final era Venezuela, y dos de ellos aseguraron que viajarían a Cuba.
También 15 de los arrestados dijeron que estarían partiendo de Bielorrusia a Turquía y otro a Siria. Uno de los interrogados dijo no saber hacia dónde iba, dice RFE/RL, citando a la agencia de noticias bielorrusa Belta. "Parece dudoso que un vuelo pueda volar a países de diferentes continentes", dijo Agafonov, y agregó "es lo mismo que ir directamente a Moscú, San Petersburgo, Sochi y Magadán en el mismo tren", continuó.
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El investigador confirmó que los rusos tenían billetes para viajar a Estambul el 25 de julio. Sin embargo, según Agafonov, no iban a volar allí, y la presencia de billetes indica la organización de una coartada. Destacó el investigador bielorruso que el grupo de rusos estaba organizado y gestionado de acuerdo con las normas militares. El Comité de Investigación de Bielorrusia sospecha que estos rusos (29 de ellos son ciudadanos de Ucrania también) podrían estar vinculados a la preparación de disturbios masivos en vísperas de las elecciones presidenciales este 9 de agosto en Bielorrusia.
El pasado miércoles 29 de julio, el servicio de seguridad de Bielorrusia detuvo a 33 rusos y la prensa en ese país informaba que eran mercenarios, contratados por la llamada "empresa militar privada Wagner", que dirige el magnate ruso Yevguney Prigozhin, conocido como el Cocinero de Putin, por su actividad desestabilizadora global.
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El embajador ruso en Bielorrusia, Dmitry Mezentsev, dijo que los rusos son empleados de una empresa de seguridad privada, que estaban en tránsito hacia Estambul como parte de sus obligaciones en virtud de un contrato comercial. El presidente bielorruso Alexander Lukashenko acusó a Moscú de "intenciones sucias". El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, calificó de infundada la detención de ciudadanos rusos.