“El corazón de una democracia funcional es la capacidad de su gente para amplificar sus voces colectivas a través de las urnas. Esto era algo que el reverendo Dr. Martin Luther King Jr. sabía muy bien. El 17 de mayo de 1957, el tercer aniversario de la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos conocida como Brown v. Board of Education que puso fin a la segregación racial en las escuelas públicas, el Dr. King estableció un vínculo claro entre votar y democracia”, comentó la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) en homenaje al Dr. King, quien nació un 15 enero de 1929.
En un discurso que pronunció en la Peregrinación de Oración por la Libertad, dijo: "Danos la boleta y ya no tendremos que preocupar al gobierno federal por nuestros derechos básicos". El Dr. King explicó que la votación permitiría a los negros elegir legisladores de "buena voluntad", ayudar a crear leyes contra los linchamientos, colocar jueces en el tribunal que, como él dijo, "hagan justicia y amen la misericordia", e implementar fallos de desegregación como Brown. En su mente, indicó HRW, “no había luz entre el derecho al voto y garantizar las otras libertades que vienen cuando se vive en una democracia”.
La organización considera que “la interseccionalidad entre los derechos de voto y la lucha por la justicia que se libra en los Estados Unidos ahora, casi 70 años después, es igual de clara. La lucha contra la injusticia racial y la desigualdad no se trata simplemente de un problema u otro. Más bien se trata de la lucha por todos los derechos civiles y humanos. Votar es la herramienta más poderosa en el arsenal de defensa”.
“Dos cambios culturales oportunos son ejemplos destacados”, añadió. “En primer lugar, los asesinatos en 2020 de George Floyd, Ahmaud Arbery, Breonna Taylor—y otras personas negras y marrones demasiado numerosas para nombrarlas desde entonces—han llamado mucho la atención sobre la reforma del sistema de justicia penal y la vigilancia.En segundo lugar, la pandemia de Covid-19 destacó las abrumadoras disparidades económicas y de salud que existen en los Estados Unidos y cuán frágiles y susceptibles son las comunidades negras y latinas de sufrir más daños como resultado. Esto ha llevado a más personas a demandar salud y equidad económica”.
Un denominador común en estas luchas épicas por la justicia y el cambio es el poder del voto para lograr los cambios buscados. “Votar”, precisó HRW, “permite la elección de legisladores que pueden cambiar políticas, prevenir la implementación de estándares y prácticas que dañan desproporcionadamente a ciertas comunidades y brindar servicios que fortalecen a las comunidades necesitadas. En una democracia, votar le da a cada individuo el derecho, en palabras del difunto gran John Lewis, a hablar y alzar la voz para generar cambios en su gobierno, sus vecindarios y sus vidas”.