Dos madres cubanas reclaman al Gobierno cubano libertad o mejores condiciones de vida para sus hijos presos: una permanece detenida tras poner carteles en la calle y la otra insiste en no probar bocado.
La santiaguera Miraida Martín Calderín está detenida en la sede de la Seguridad del Estado en Santigo de Cuba por poner un cartel, en protesta por el encierro de sus hijos, los presos políticos Diango, Dianko y Alexei Vargas Martín.
Mientras, la santaclareña Mayda Conyedo García vive hoy el día 21 de su huelga de hambre, en reclamo por el traslado de su hijo de la prisión Las Mangas en Bayamo a la provincia de Villa Clara.
"El cartel pedía libertad para los presos políticos y ¡Abajo la dictadura! y ¡Abajo los Castro!", dijo José Daniel Ferrer, secretario ejecutivo de la organización opositora Unión Patriótica de Cuba, a la cual pertenece Martín.
Martín Calderín desplegó una sábana desde la segunda planta de una edificación ubicada en Las Cruces, una transitada zona de la ciudad, entre los repartos Altamira y Víctor Mesa.
"Muchos oficiales de la policía política se presentaron en el lugar y andaban bastante molestos", agregó Ferrer. La activista fue detenida cuando se dirigía a una de las principales sedes de la UNPACU en Calle Quinta, de Vista Hermosa.
En junio, la policía condenó a los hijos de Martín Calderín a prisión, bajo los cargos de alteración del orden público y difamación a instituciones, héroes y mártires. Los tres insisten en su inocencia y Amnistía Internacional los declaró prisioneros de conciencia.
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Conyedo García, de 60 años, ha bajado más de 45 libras desde el 8 de octubre cuando comenzó la huelga de hambre, dijo Luis Enrique Santos Caballero, vocero de la Coalición Central Opositora, organización villaclareña.
El vocero dijo que hace dos años y medio que Conyedo García no ve a su hijo Henry Aday Picayo Conyedo, pues su edad y condiciones económicas le han impedido moverse hasta el oriente del país.
La labor de Conyedo García como activista de la Coalición Central habría sido la causa del traslado de su hijo a Santiago de Cuba, pues durante 16 años Picayo Conyedo había estado cumpliendo su condena, por cargos de robo con fuerza, en una prisión de Manacas, en Villa Clara.
La anciana madre ha buscado apoyo en sus hermanos de causa, por lo que mantiene su huelga en la casa de la activista Damaris Moya Portieles, sede de la mencionada organización en Santa Clara.
El Gobierno cubano fue informado de las demandas de Cordero García, pero hasta el momento no ha respondido.
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