La próxima visita a China de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos debe resaltar la necesidad de justicia para las víctimas de violaciones y la rendición de cuentas de los responsables, señaló Human Rights Watch, HRW.
La Alta Comisionada Michelle Bachelet tiene previsto visitar China durante los últimos 10 días de mayo, la primera visita a China de un comisionado de derechos humanos de la ONU desde 2005.
“Si bien la alta comisionada afirmó anteriormente que necesitaría acceso sin restricciones a Xinjiang, la región uigur, para realizar una evaluación independiente, los términos de su visita no se han revelado y las autoridades chinas han insistido en que no permitirán nada más que una visita amistosa con fines de diálogo”, indicó HRW.
Lee también Más allá de Xinjiang: Un pódcast que destaca la cultura uigur"El gobierno chino está cometiendo violaciones de derechos humanos en un alcance y una escala inimaginables desde la última vez que un alto comisionado lo visitó en 2005, en parte porque no hay temor a la rendición de cuentas", dijo Sophie Richardson, directora para China de Human Rights Watch. "La Alta Comisionada debe trabajar para terminar, no habilitar, esa percepción".
Las autoridades chinas iniciaron la campaña "Golpear duro contra el extremismo violento" en 2014. Eso se ha intensificado hasta implicar políticas generalizadas y sistemáticas de detención masiva, tortura, persecución cultural y otros delitos contra los uigures y otras poblaciones en Xinjiang que equivalen a crímenes contra la humanidad.
Investigadores, periodistas y expertos en derechos humanos de la ONU han documentado el uso indebido por parte del gobierno chino de los cargos de terrorismo para violar los derechos humanos, la vigilancia masiva, la persecución cultural y la destrucción de lugares históricos y religiosos. Cientos de víctimas de la campaña han compartido relatos sobre sus experiencias, y documentos gubernamentales filtrados en 2019 revelan la intención de cometer violaciones a gran escala, precisó HRW.
En los últimos años, las autoridades chinas también han tratado de erradicar sistemáticamente las libertades culturales, lingüísticas y religiosas de los tibetanos, y reducir los derechos humanos en Hong Kong.
“En todo el país, las autoridades silencian y encarcelan a los defensores de los derechos humanos o los llevan al exilio. Las autoridades implementan cada vez más herramientas de vigilancia de alta tecnología para detectar y disuadir cualquier discurso que consideren crítico con el gobierno o el Partido Comunista Chino”, reportó HRW.
La respuesta de la Alta Comisionada Bachelet al empeoramiento de estos abusos ha sido relativamente moderada, señaló Human Rights Watch. “Su visita se produce justo antes del aniversario de la Masacre de Tiananmén del 4 de junio de 1989, en la que los militares abrieron fuego y mataron a innumerables manifestantes pacíficos y transeúntes. Tras los asesinatos, el gobierno llevó a cabo una ofensiva nacional y arrestó a miles de personas por contrarrevolución".