Una decena de ex prisioneros políticos que recién salieron de las cárceles cubanas se vieron impedidos de participar en un encuentro en La Habana y uno de ellos fue detenido, declaró a Diario de Cuba Rolando Reyes Rabanal, de la proscrita organización Movimiento de Opositores por una Nueva República, que lidera José Díaz Silva.
"Me aplicaron una llave, me tuvieron 20 minutos en la patrulla hasta que me trasladaron bien lejos y me dejaron", relató Reyes Rabanal a DDC, quien por la tarde pudo regresar a La Habana. El activista, que se siente "físicamente y emocionalmente mal" tras su salida de prisión, explicó que actualmente no tiene dónde vivir y que reside temporalmente en la casa de una Dama de Blanco que lo auxilió.
José Díaz Silva, en cuya casa se iba a celebrar la reunión, dijo que al encuentro estaba citado un grupo de 12 excarcelados. La mayoría no consiguió llegar y el activista cree que, como en el caso de Reyes Rabanal, fueron detenidos.
"No tenemos conocimiento de lo que ha pasado con ellos, muchos están desaparecidos, los detienen y botan bien lejos y, como no tienen cómo comunicarse, perdemos el contacto", manifestó Díaz Silva y denunció esta táctica de detenciones de corta duración: "Los montan en un carro y los botan en un monte para que pasen trabajo porque aquí, como andamos sin dinero, se pueden pasar entre cuatro o seis horas hasta poder regresar a La Habana".
Díaz Silva denunció también que la Dama de Blanco Lázara María Borrego Guzmán sufrió la fractura de un brazo al recibir golpes de agentes de la Seguridad del Estado que participaron en el operativo para impedir la reunión de su grupo.
El despliegue policial, señaló Díaz Silva, habría movilizado a un centenar de personas. Empezó en horas de la madrugada y el cerco a la vivienda se levantó alrededor de las seis de la tarde.
Por su parte, en Santiago de Cuba, efectivos de la Seguridad del Estado habían citado el pasado martes 13 al recientemente excarcelado Daniel E. Quesada Chaveco para la unidad policial de Palma Soriano. Como ha ocurrido con otros excarcelados, los oficiales les amenazan con devolverlos a prisión si continúan con sus actividades antigubernamentales.
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