El módulo de alimentos que el gobierno cubano entrega por el coronavirus a personas mayores de 65 años de edad ha generado diversas opiniones entre los residentes de La Habana, donde ya ha comenzado su distribución.
"¿Cómo tú le vas a dar a los ancianos, mayores de 65 años, un módulo que no tenga carne? Con las pastas no resuelven el problema", dijo la capitalina Ivonne Lemus a Radio Martí.
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Las personas están desesperadas a causa del desabastecimiento de productos básicos, asegura Lemus. "O te enfermas, o comes. Hay una desesperacion en la población horrible", señaló.
Lee también "Estamos pasando las de Caín": cubanos en colas fantasmas esperando alimentos que no lleganSegún la prensa estatal, el módulo incluye 4 huevos, 1 kilogramo de harina de maíz, 1 kilogramo de pasta (coditos) y 7 libras de viandas y hortalizas, pero no solo la cantidad o variedad, también el precio al que los están vendiendo ha dado de que hablar.
Desde el municipio 10 de Octubre, donde comenzó la distribución la pasada semana, Roberto Herrera asegura que muchos no tienen con qué pagarlo. "El cubano no está trabajando. La gente está protestando por eso, porque no tienen dinero" para comprarlo, aseguró.
Lee también Toque de queda en Pinar del Río no detiene las colasTambién la calidad del módulo ha sido criticada, explicó Herrera. "Viene siendo como una sobra, porque los espaguetis [están] partidos, que se está viendo que es el sobrante de algo, y la harina, según un abuelito que lo compró, tenía gorgojo".
Zenaida Castillo, quien reside en la Habana Vieja, otro de los municipios en los que ya se han distribuido estos módulos, opina diferente. "Es verdad que no han dado proteína, pero también hay que ver la situación que tiene el país, hay que garantizar las dietas médicas. Muchas personas están contentas", aseguró.
Lee también Dos activistas de Santa Clara enfrentan "juicio sumarísimo" por denunciar escasez totalCastillo agrega que el precio no es un obstáculo, porque "a veces los módulos no vienen completos", y cada parte tiene un costo diferente.
La escasez de alimentos y productos de aseo ha generado colas interminables en los pocos establecimientos estatales donde se distribuyen, provocando que la multitud no siga las medidas de distanciamiento social como precaución para contener la propagación del COVID-19.
Debido al desabastecimiento, los cubanos se ven obligados a salir diariamente de sus casas e interrumpir la cuarentena para conseguir qué comer.