Detienen a dos profesores de un instituto del reparto habanero de Arroyo Naranjo y a la empleada de una imprenta del barrio del Cerro.
El periodista de Martinoticias Amado Gil reportó el 25 de junio, que un fraude masivo con un examen de matemáticas en La Habana había llevado al Ministerio de Educación a cancelar la prueba. Una situación que calificó de "muy grave" el activista opositor Manuel Cuesta Morúa, quien acusó al Gobierno de esconder la información.
Cuarenta y ocho horas después de que divulgaramos lo ocurrido, los medios oficiales cubanos sacaron a la luz la noticia. Informaron que dos profesores de un instituto de La Habana y la trabajadora de una imprenta fueron detenidos por fraude en un examen de matemáticas, cuyo cuestionario fue robado y vendido a estudiantes antes de la prueba.
Se trata de la prueba de matemáticas para los alumnos de onceno grado (uno de los cursos preuniversitarios) de la capital cubana que se celebró hace unos días y que, al detectarse el fraude, ha sido anulada y se repetirá el 1 de julio, según publica este jueves el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC, único).
"Personas inescrupulosas, quebrantando sus principios, decidieron sustraer un examen con ánimo de lucro", refiere Granma en un artículo titulado "El daño terrible del fraude".
La policía cubana ha detenido a dos docentes de un instituto del reparto habanero de Arroyo Naranjo y a la empleada de una imprenta del barrio de Cerro como responsables de este suceso que, según el rotativo, "no puede verse como un incidente menor".
Granma denuncia que "una vez más falla el concepto de la vigilancia y de la exigencia y se facilitan las condiciones para que un trabajador que tiene la confianza de participar en la impresión de una prueba se lleve una copia y dé pie con ella a un ilícito negocio".
El rotativo califica de "preocupante" que algunos padres de alumnos "cayeran en la trampa" y pagaran por ese cuestionario que incluso fue revendido después por estudiantes, lo que propició que el fraude se extendiera a otros barrios de La Habana.
Según Granma, numerosos padres han reaccionado con indignación ante el fraude y exigen que "se tomen medidas ejemplarizantes con los responsables".
A esa indignación se suman las quejas porque ahora "todos los estudiantes deben enfrentarse nuevamente al rigor de otro examen, pagando justos por pecadores".
Cuarenta y ocho horas después de que divulgaramos lo ocurrido, los medios oficiales cubanos sacaron a la luz la noticia. Informaron que dos profesores de un instituto de La Habana y la trabajadora de una imprenta fueron detenidos por fraude en un examen de matemáticas, cuyo cuestionario fue robado y vendido a estudiantes antes de la prueba.
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Se trata de la prueba de matemáticas para los alumnos de onceno grado (uno de los cursos preuniversitarios) de la capital cubana que se celebró hace unos días y que, al detectarse el fraude, ha sido anulada y se repetirá el 1 de julio, según publica este jueves el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC, único).
"Personas inescrupulosas, quebrantando sus principios, decidieron sustraer un examen con ánimo de lucro", refiere Granma en un artículo titulado "El daño terrible del fraude".
La policía cubana ha detenido a dos docentes de un instituto del reparto habanero de Arroyo Naranjo y a la empleada de una imprenta del barrio de Cerro como responsables de este suceso que, según el rotativo, "no puede verse como un incidente menor".
Granma denuncia que "una vez más falla el concepto de la vigilancia y de la exigencia y se facilitan las condiciones para que un trabajador que tiene la confianza de participar en la impresión de una prueba se lleve una copia y dé pie con ella a un ilícito negocio".
El rotativo califica de "preocupante" que algunos padres de alumnos "cayeran en la trampa" y pagaran por ese cuestionario que incluso fue revendido después por estudiantes, lo que propició que el fraude se extendiera a otros barrios de La Habana.
Según Granma, numerosos padres han reaccionado con indignación ante el fraude y exigen que "se tomen medidas ejemplarizantes con los responsables".
A esa indignación se suman las quejas porque ahora "todos los estudiantes deben enfrentarse nuevamente al rigor de otro examen, pagando justos por pecadores".