Los dirigentes del G7 reafirmarán este lunes en Alemania su unidad frente al terrorismo y a las crisis internacionales, al cierre de una cumbre donde Rusia estuvo presente a pesar de su exclusión por su papel en el conflicto en Ucrania.
Se espera que el comunicado final de la reunión en el castillo bávaro de Elmau (sur) reproduzca la firmeza que los occidentales mostraron el domingo sobre el mantenimiento de las sanciones contra Moscú, un mensaje directo para el presidente ruso, Vladimir Putin.
"Parto de la base de que enviaremos una señal de unidad" en este asunto, predijo la canciller alemana, Angela Merkel, el domingo por la noche en una entrevista en televisión.
Durante la primera jornada del encuentro organizado en los Alpes bávaros, el presidente estadounidense, Barack Obama, y Merkel estimaron que las sanciones debían mantenerse hasta que Rusia respete "la soberanía ucraniana".
La Casa Blanca mostró su pleno "acuerdo" con Berlín sobre "el hecho de que la duración de las sanciones debería estar claramente en relación con la puesta en marcha completa de los acuerdos de Minsk por parte de Rusia".
Ucrania y, en menor medida, las negociaciones de Grecia con sus acreedores internacionales, eclipsaron el domingo la agenda oficial del foro, que reúne a Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y Japón.
El nuevo presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, es uno de los líderes más esperados. La lucha contra Boko Haram es su prioridad, máxime cuando, desde que llegó al cargo a finales de mayo, los ataques atribuidos a la secta islamista ya han dejado cerca de un centenar de muertos.
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