Trasvases de presa a presa, plantas desalinizadoras, uso de "pipas"de otras provincias, cortes en la disribución y un nuevo reglamento más estricto para el uso del agua forman parte de las medidas urgentes que se empiezan a aplicar en Santiago de Cuba debido a que al concluir la estación lluviosa, e iniciarse el ciclo seco que dura hasta abril o mayo, los embalses que surten a la ciudad apenas retienen un 18 % de su capacidad.
La información de los medios oficialos cita a la ingeniera Janet Triana Cobo, delegada del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en la provincia, quien confirmó que las presas han recibido en lo que va de año un 50,6 % de la media histórica de precipitaciones.
Como parte de la crítica situación 32.000 personas y 26 industrias serán afectadas por la inminente paralización de la presa Parada, cuyo suministro se tratará de reemplazar con agua de cuatro nuevos pozos y de la presa Quintero.
Pero esta última, de la que dependen más de 404.000 santiagueros, requiere a su vez terminar una conductora emergente desde el embalse Gota Blanca.
En cuanto a la presa Gilbert, el principal reservorio de agua de Santiago, la nota señala que "se impone acelerar la conclusión para finales del presente mes del segundo trasvase que en la zona de Mogote suministrará agua desde la presa Carlos Manuel de Céspedes hacia la Gilbert".
Las medidas urgentes incluyen "la perforación de alrededor de cien pozos y la movilización de decenas de 'pipas' (camiones-cisterna) de diferentes provincias, para abastecer a residentes en 295 puntos de la ciudad, cuya altura o lejanía afecta la presión del agua en las redes".
Triana Cobo instó a la población y al Instituto a "un mayor accionar en la solución de salideros" en la red de distribución y censuró indisciplinas sociales como "lavado de vehículos, riego de parcelas, baldeo de portales y aceras, Y manipulación indiscriminada de válvulas por personas indolentes".