Debido a las encuestas que muestran que más de la mitad del electorado galo tiene la intención de rechazar la Constitución de la Unión Europea, Chirac participó en un programa de televisión para advertir que un voto negativo convertiría a París en la oveja negra del continente.
Comentaristas políticos han indicado que la renuencia de Francia daría un golpe mortal al tratado, cuya misión es facilitar las decisiones entre los países miembros. Para que la Carta Magna entre en vigor, todos los integrantes del bloque deben aprobarla.
Chirac arguye que la Constitución crearía una Unión Europea más fuerte y un contrapeso de potencias establecidas como Estados Unidos.