"Venezuela es un país de la comunidad iberoamericana de naciones, con el que España tiene una especial responsabilidad", dijo el canciller español José Manuel García-Margallo.
El ministro de Relaciones Exteriores español, José Manuel García-Margallo, afirmó este sábado que "el clima de reconciliación se ha roto" en Venezuela y confirmó que España suspendió la entrega de material policial a ese país sudamericano.
"Estamos hablando con todos nuestros aliados (...) para intentar restablecer ese clima de reconciliación que se ha roto" en Venezuela, afirmó García-Margallo al margen de una reunión de ministros de la Unión Europea (UE) en Atenas.
El ministro confirmó asimismo las versiones de prensa sobre la suspensión por parte de España de la entrega de material policial utilizado por las fuerzas de seguridad para dispersar las manifestaciones.
"Eso es un hecho", dijo García-Margallo que evitó asociar esa decisión a una forma de condena a la represión de las manifestaciones por parte del gobierno de Nicolás Maduro.
"Es una forma de decir que el clima de violencia debe ser sustituido por un clima de diálogo", aseguró.
"Venezuela es un país de la comunidad iberoamericana de naciones, con el que España tiene una especial responsabilidad", agregó el ministro recordando que en ese país viven "200.000 españoles cuya suerte estamos siguiendo día a día".
García-Margallo aseguró siguen asimismo la situación de los "30 españoles detenidos" en el contexto de las manifestaciones.
El ministro aseguró que España está dispuesta a ayudar al gobierno y a la oposición, "si nos lo piden, con nuestros socios de la UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas) para encontrar una solución".
"Estamos haciendo todo lo está en nuestras manos para que haya un reconciliación nacional y un diálogo entre el gobierno y la oposición", concluyó.
Venezuela es escenario desde hace dos meses de persistentes protestas iniciadas por estudiantes, y a las que luego se sumaron sectores radicales de la oposición, que han dejado un saldo de 39 muertos, más de 600 heridos, un centenar de detenidos y casi cien denuncias -bajo investigación judicial- por abusos policiales.
Las protestas estudiantiles han derivado regularmente por las noches en incidentes violentos entre grupos radicales armados con bombas incendiarias y piedras, unidades antimotines, y civiles armados generalmente identificados con sectores afines al oficialismo.
Maduro ha denunciado varias veces la existencia de francotiradores en filas de los manifestantes radicales. El gobierno asegura además que las protestas son un intento de golpe de Estado con apoyo de sectores de Estados Unidos y Colombia y de grupos de medios internacionales que adelantan lo que define como "campaña antivenezolana".
La oposición, por su parte, denuncia la existencia de grupos chavistas armados.
"Estamos hablando con todos nuestros aliados (...) para intentar restablecer ese clima de reconciliación que se ha roto" en Venezuela, afirmó García-Margallo al margen de una reunión de ministros de la Unión Europea (UE) en Atenas.
El ministro confirmó asimismo las versiones de prensa sobre la suspensión por parte de España de la entrega de material policial utilizado por las fuerzas de seguridad para dispersar las manifestaciones.
"Eso es un hecho", dijo García-Margallo que evitó asociar esa decisión a una forma de condena a la represión de las manifestaciones por parte del gobierno de Nicolás Maduro.
"Es una forma de decir que el clima de violencia debe ser sustituido por un clima de diálogo", aseguró.
"Venezuela es un país de la comunidad iberoamericana de naciones, con el que España tiene una especial responsabilidad", agregó el ministro recordando que en ese país viven "200.000 españoles cuya suerte estamos siguiendo día a día".
García-Margallo aseguró siguen asimismo la situación de los "30 españoles detenidos" en el contexto de las manifestaciones.
El ministro aseguró que España está dispuesta a ayudar al gobierno y a la oposición, "si nos lo piden, con nuestros socios de la UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas) para encontrar una solución".
"Estamos haciendo todo lo está en nuestras manos para que haya un reconciliación nacional y un diálogo entre el gobierno y la oposición", concluyó.
Venezuela es escenario desde hace dos meses de persistentes protestas iniciadas por estudiantes, y a las que luego se sumaron sectores radicales de la oposición, que han dejado un saldo de 39 muertos, más de 600 heridos, un centenar de detenidos y casi cien denuncias -bajo investigación judicial- por abusos policiales.
Las protestas estudiantiles han derivado regularmente por las noches en incidentes violentos entre grupos radicales armados con bombas incendiarias y piedras, unidades antimotines, y civiles armados generalmente identificados con sectores afines al oficialismo.
Maduro ha denunciado varias veces la existencia de francotiradores en filas de los manifestantes radicales. El gobierno asegura además que las protestas son un intento de golpe de Estado con apoyo de sectores de Estados Unidos y Colombia y de grupos de medios internacionales que adelantan lo que define como "campaña antivenezolana".
La oposición, por su parte, denuncia la existencia de grupos chavistas armados.