El mundo de tráfico y consumo de drogas que próspera en La Habana, más allá de la postal turística de la urbe de moda, queda reflejado en un reportaje del periodista Luis Guardia, de TV Martí.
El universo subterráneo de los estupefacientes escapa a las cámaras de quienes promueven a la isla bajo los auspicios de las nuevas relaciones entre la isla y Estados Unidos, a pesar de que el general Raúl Castro asegura que "en Cuba no había ni habrá drogas" sólo "marihuana sembrada en masetas en casas a lo largo de la isla".
Cae la noche y la otra Habana, la que no tiene turistas despierta: las cámaras de TV Martí entraron a lo más íntimo de esa realidad.
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La drogadicción en Cuba se ha hecho incontrolable, según varios estudios desde hace más de dos décadas el consumo se ha puesto de moda entre los jóvenes.
En abril pasado la propia Mesa Redonda de la Televisión cubana, que más oficialista no puede ser, abordó el tema e incluso puso testimonios de supuestos rehabilitados por el régimen de su vicio.
Según esta investigación, La piedra, una combinación de bicarbonato con pequeñas dosis de cocaína, es ahora mismo la droga más consumida en La Habana y cuesta el equivalente a 10 dólares la porción (comparable al tamaño de un frijol).
La proliferación significativa de los estupefacientes en Cuba data de inicios de los noventa, aunque nunca dejó de consumirse a pesar de la moralina revolucionaria, pero el régimen castrista intentó controlarla en la llamada "Operación Coraza".
Según estudios, los adictos en Cuba se inician entre los 10 y 15 años, la marihuana es por lo general la primera droga que consumen y lo hacen sobre todo para sobresalir dentro de un determinado grupo social o para escapar de la realidad en que viven.
Pero ¿cómo es el día a día de estos jóvenes?, ¿qué hacen?, ¿cómo consiguen el dinero para mantener sus vicios? El reportaje procura dar respuesta a esas interrogantes.
La marihuana, la cocaína y el crack son las drogas más consumidas, esta última con gran proliferación debido a su relativo bajo costo.
En La Habana, el consumo de drogas varía según el área residencial: cocaína en las zonas de Miramar, Playa y El Vedado, principalmente entre jóvenes con alto nivel económico; mientras el crack tiene gran aceptación en municipios como Centro Habana y Habana Vieja, donde, además se localizan los focos de mayor prostitución.
La marihuana tiene también fuerte presencia en estos municipios, pero su mayor proliferación ocurre en las barriadas de la periferia capitalina.
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