El principal objetivo de los participantes en la Cumbre de los Países No Alineados que se celebra en Isla Margarita es “respaldar a la revolución bolivariana cuando más falta le hace: arrinconada en Mercosur, advertida por la ONU, discutida por Chile y con el secretario general de la OEA firme en sus críticas contra Nicolás Maduro”,dice hoy el diario El Mundo de Madrid
La publicación señala que el primero en aterrizar en la isla turística fue el más polémico de todos: el dictador de Zimbabue Robert Mugabe (92 años), quien “abrió el camino para un grupo de presidentes que en su mayoría son asiduos contertulios del "hijo de Chávez": el cubano Raúl Castro, el ecuatoriano Rafael Correa y el salvadoreño Salvador Sánchez Cerén".
"A ellos se unió el presidente iraní, Hasán Rouhaní, y el primer mandatario palestino, Mahmud Abbás, de momento uno de los principales atractivos de la cita. Corea del Norte tampoco podía faltar, en esta ocasión con el presidente de su Asamblea Nacional, Kim Yong-nam”.
Recordando el ya lejano esplendor del movimiento, que llegó a reunir hasta a 120 presidentes “como un cónclave del Tercer Mundo instalado entre las dos superpotencias, EEUU y la URSS”,el periódico señala que nada queda de aquel espíritu inicial.
Cita en ese sentido a varios líderes opositores venezolanos: "Ningún foro puede tildarse de democrático con la presencia de este déspota", disparó Henry Ramos Allup, presidente opositor de la Asamblea. "Es una vergüenza mundial", añadió el diputado Miguel Pizarro. "De 120 miembros ¡han llegado 8 presidentes! ¡Hay 20 cancilleres! ¡Maduro y su soledad!", criticó el gobernador Henrique Capriles.
“Con el paso de los años y la Caída del Muro de Berlín, el Movimiento se fue diluyendo. La apuesta de Maduro es recuperar viejas glorias y, sobre todo, apoyarse en sus aliados para superar el aislamiento internacional al que se ve sometido desde hace meses, recrudecido en los últimos días”, agrega el madrileño.
El Mundo repasa las críticas y emplazamientos recientes a Maduro, quien será el próximo presidente del MNOAL, y concluye diciendo: “Los países no alineados han cargado sobre las maltrechas espaldas bolivarianas el peso de recuperar a una organización envejecida y casi olvidada”.