La Liga de Campesinos Independientes de Cuba, y la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR) han emitido un comunicado en el que alertan sobre el deterioro de las condiciones de vida de los campesinos y la mujer rural en la isla, y advierten que la crisis se agudizará este 2024.
Desde el poblado de San Diego de los Baños, en el municipio de Los Palacios, en la provincia de Pinar del Río, Esteban Ajete Abascal, quien preside la Liga de Campesinos, hizo este jueves un llamado a la solidaridad nacional e internacional en medio de la crisis que está atravesando el campesinado en la isla y la falta de atención por parte del Estado.
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“Cargo sobre mis hombros el peso de vivir día a día con un campesinado cada vez más empobrecido, desesperado y desempoderado de lo que le corresponde por derecho propio, sus tierras, que ven como el régimen no ha sido capaz de suplir ni las más mínimas de sus necesidades, las del gremio que lleva el protagonismo a través de sus producciones, y amenazado por nuevas medidas que se pretenden llevar a cabo ahora en este nuevo año", dijo.
El líder campesino añadió que la crisis económica ha contribuido al aumento del vandalismo en los campos cubanos.
"Las personas, llevadas por la escasez, la miseria que se está viviendo en el país, se han girado hacia los campos, aumentando los robos masivos de ganado mayor, de las cosechas, y aumentando la violencia en los campos. Todo esto se avizora de forma grave y amplificada para el 2024", señaló.
Ajete Abascal criticó la gestión gubernamental para tratar de impulsar la economía del país.
"El gobierno, queriendo suplir las necesidades a través de importaciones, cuando en nuestro país existen las posibilidades de suplir nuestras propias necesidades. Basta ya de tanta centralización, queremos libertad para los campesinos”, demandó.
Mientras que Katia Hernández Torres, miembro de la FLAMUR, enfatizó las precarias condiciones que enfrentan las mujeres en el campo cubano, donde en la mayoría de las comunidades rurales hay escasez de agua, de medicamentos y ausencia de programas sociales.
“La crisis sistemática que nos agobia y nos asfixia, los insumos para los campesinos como ropa, zapatos y utensilios de trabajo, brillan por su ausencia, y los que existen están a precios exuberantes, amenazando con agravarse [esta situación] en el 2024, sin contar ya con la crisis generalizada en todo el país, Dios se compadezca de nosotros. Dios se compadezca del pueblo de a pie”, advirtió la activista.
En marzo de 2020, la Liga de Campesinos Independientes de Cuba, junto a la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR), hicieron pública una carta titulada “Sin Campo no hay País”.
En la misma, presentaron un programa de cinco puntos para evitar la hambruna que se avecinaba y que hoy toca a las puertas de las familias cubanas:
1-Libertad para la producción y distribución de nuestros productos.
2-Libertad para fijar los precios de nuestros productos de acuerdo con el mercado.
3-Libertad para importar y exportar directamente, incluso de Estados Unidos, donde está comprobado que sus leyes no lo impiden, por nuestra condición de campesinos independientes.
4-Eliminar por diez años todos los impuestos a productores y procesadores de alimentos.
5-Entregar títulos de propiedad permanente a todos los productores agrícolas.
Hasta el momento, ninguno de estos puntos ha sido puesto en práctica por parte del Estado cubano.