Durante tres días estudiantes universitarios del estado de Washington escucharon de casos de violaciones de derechos humanos cometidas en la isla.
Un grupo de tres activistas pro democracia y defensores de los derechos humanos denunciaron violaciones cometidas por el gobierno cubano durante un foro de tres días la semana pasada con estudiantes universitarios en el estado de Washington, en EE.UU.
El periódico The Marietta Times informó que en el encuentro, iniciado el jueves con casi 150 estudiantes, se debatió acerca de los abusos cometidos en la isla, dijo, “a sólo 90 millas de las costas de EE.UU., pero mucho más lejos en términos de derechos humanos”.
Los testimonios fuero ofrecidos por John Suárez, secretario internacional del Directorio Democrático Cubano; Anna Lee, funcionaria para Latinoamérica de Solidaridad Cristiana Mundial, y la exiliada cubana Laida Carro, presidenta de la Coalición de Mujeres Cubanoamericanas.
La publicación destaca que los tres activistas disertaron sobre las torturas y sospechosas muertes de opositores ocurridas en la isla, y Carro testificó a los estudiantes estadounidenses que “el gobierno (cubano) considera la religión como una amenaza a su poder”.
Según Lee, sólo el 2 por ciento de los residentes en la isla se identificaban con una religión en los años 1960, proporción aue ahora se ha incrementad, señaló.
El gobierno sólo ha permitido la construcción de media docena de iglesias en los últimos 50 años, agregó, y restringido que las viejas hagan reparaciones, lo que significa que la gente es forzada con frecuencia a tener sus propias iglesias en casa, lo que es ilegal, dijo.
Suárez destacó en el foro que uno de los grupos que rehúsa renunciar a sus ideas religiosas son las Damas de Blanco, que siguen yendo a la iglesia cada domingo y marchando para demandar que todos los prisioneros políticos en Cuba sean puestos en libertad.
Pero las Damas de Blanco son víctimas de significativas amenazas y golpizas, dijo la publicación, que puso de relieve el testimonio de Suárez de que la fundadora del grupo, Laura Pollán, murió sospechosamente en 2011, y que un médico calificó su muerte de “negligencia médica intencional”.
Por su parte, Lee se refirió al caso de un pastor que intentó presentar documentos legales contra el Estado por acoso y fue víctima de un golpiza que la causó daño cerebral.
El periódico The Marietta Times informó que en el encuentro, iniciado el jueves con casi 150 estudiantes, se debatió acerca de los abusos cometidos en la isla, dijo, “a sólo 90 millas de las costas de EE.UU., pero mucho más lejos en términos de derechos humanos”.
Los testimonios fuero ofrecidos por John Suárez, secretario internacional del Directorio Democrático Cubano; Anna Lee, funcionaria para Latinoamérica de Solidaridad Cristiana Mundial, y la exiliada cubana Laida Carro, presidenta de la Coalición de Mujeres Cubanoamericanas.
La publicación destaca que los tres activistas disertaron sobre las torturas y sospechosas muertes de opositores ocurridas en la isla, y Carro testificó a los estudiantes estadounidenses que “el gobierno (cubano) considera la religión como una amenaza a su poder”.
Según Lee, sólo el 2 por ciento de los residentes en la isla se identificaban con una religión en los años 1960, proporción aue ahora se ha incrementad, señaló.
El gobierno sólo ha permitido la construcción de media docena de iglesias en los últimos 50 años, agregó, y restringido que las viejas hagan reparaciones, lo que significa que la gente es forzada con frecuencia a tener sus propias iglesias en casa, lo que es ilegal, dijo.
Suárez destacó en el foro que uno de los grupos que rehúsa renunciar a sus ideas religiosas son las Damas de Blanco, que siguen yendo a la iglesia cada domingo y marchando para demandar que todos los prisioneros políticos en Cuba sean puestos en libertad.
Pero las Damas de Blanco son víctimas de significativas amenazas y golpizas, dijo la publicación, que puso de relieve el testimonio de Suárez de que la fundadora del grupo, Laura Pollán, murió sospechosamente en 2011, y que un médico calificó su muerte de “negligencia médica intencional”.
Por su parte, Lee se refirió al caso de un pastor que intentó presentar documentos legales contra el Estado por acoso y fue víctima de un golpiza que la causó daño cerebral.