Un alto funcionario estadounidense negó este miércoles que el Departamento de Estado mejorara la calificación de Cuba en su informe anual sobre el tráfico de personas en el mundo para no entorpecer el proceso de normalización de relaciones con la isla, como han argumentado varios congresistas norteamericanos.
El subsecretario adjunto de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Alex Lee, negó "categóricamente" que hubiera una motivación política detrás de la calificación de Cuba en el informe publicado el pasado 27 de julio, una semana después de la reanudación de relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana.
"Lo que ocurrió es que hubo un cambio distintivo en los cubanos después de que se adhirieran al protocolo de Palermo" sobre el tráfico de personas, en junio de 2013, aseguró Lee en una audiencia ante el subcomité de Derechos Humanos de la Cámara Baja.
A partir de entonces, el Gobierno cubano comenzó a responder más a las inquietudes de Estados Unidos sobre el tráfico de personas en la isla, e incluso permitió que funcionarios estadounidenses visitaran el país en marzo de 2014 para informarles sobre sus medidas contra esa lacra, explicó.
"Nuestro entendimiento de lo que hace y no hace el Gobierno cubano ha aumentado enormemente en los últimos dos años, y ha beneficiado una mayor relación en varias áreas, entre ellas el tráfico de personas", argumentó Lee.
Así, los Gobiernos estadounidense y cubano han establecido "un proceso continuo para compartir información" sobre el combate al tráfico de personas y otras áreas de interés mutuo, precisó.
En el informe publicado en julio, Estados Unidos retiró a Cuba de su lista de países que no hacen lo suficiente para combatir el tráfico de personas, que se conoce como "tier 3" y que permite la imposición de sanciones económicas.
El congresista republicano Chris Smith calificó este miércoles de "endeble" la justificación del Departamento de Estado para mejorar la clasificación de Cuba, y sostuvo que las categorías del informe "no deberían usarse con la esperanza de conseguir mejores relaciones con Cuba".
En la audiencia, Smith afirmó que Cuba "permite el proxenetismo de niñas de 16 años y no criminaliza el trabajo forzado", por lo que
no merecía un cambio de categoría.
En cambio, la congresista demócrata Karen Bass aseguró que le ha "impresionado la forma en la que Cuba ha respondido al tráfico de personas, especialmente la trata sexual" en los últimos años.
Mark Lagon, que fue el encargado de Estados Unidos contra el tráfico de personas entre 2007 y 2009, también testificó en la audiencia y opinó que las razones para retirar a Cuba de la peor categoría son "profundamente cuestionables".
"Es inverosímil suponer que no hay trabajo forzado ni empresas estatales para prisioneros políticos en uno de los pocos Estados marxistas-leninistas que quedan en el mundo", sostuvo Lagon, quien preside la organización de Derechos Humanos Freedom House.
En agosto pasado, un comité del Senado estadounidense mantuvo otra audiencia sobre el informe de tráfico de personas, en la que varios senadores expresaron su preocupación sobre la retirada de la peor categoría de Cuba y de Malasia.
En el caso de Malasia, los congresistas creen que el cambio se debió al interés de ese país en unirse al Tratado de Asociación Transpacífica (TPP) recién acordado entre Estados Unidos y otros 11 países.