Washington estudia imponer sanciones adicionales para presionar al régimen de Nicolás Maduro y nuevas medidas para apoyar a los que buscan la democracia en Venezuela, dijo este lunes el representante especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliot Abrams.
Elliot hizo las declaraciones un día después de que Juan Guaidó fuera reelecto como líder de la Asamblea Nacional en una sesión fuera del palacio legislativo, después que militares armados impidieron que los diputados opositores ingresaran al edificio.
Lee también Guaidó: "No es el Parlamento lo que está en juego, es el país"Tras lo que calificó como un “Golpe al Parlamento”, Abrams reiteró el apoyo de su gobierno al también presidente interino de Venezuela, y señaló que Guaidó fue reelecto presidente de la Asamblea Nacional por una clara mayoría.
El funcionario mencionó la condena internacional a los intentos de Maduro de impedir que los diputados opositores a la Asamblea Nacional eligieran sus nuevas autoridades, destacando las reacciones de Argentina y México, países que, según dijo, tienen una posición ligeramente diferente a Estados Unidos en lo que respecta a Venezuela.
Lee también Rechazo internacional a la votación del domingo en VenezuelaAbrams opinó que el hecho de que calificaran los eventos de inaceptables mostraba que el gobierno de Maduro está perdiendo apoyo, no sólo del centro, pero también de la izquierda en América Latina, añadiendo que sólo le queda el apoyo de China, Rusia y Cuba, aunque subrayó que Estados Unidos ha subestimado el rol de estos dos últimos.
"Subestimamos la importancia del apoyo de Cuba y Rusia al régimen, que han mostrado ser los dos pilares más importantes de ayuda al gobierno y sin los cuales no estaría en el poder", dijo Abrams.
Lee también EEUU: ni la farsa ni los matones del régimen podrán subvertir la voluntad del pueblo venezolanoSeñaló, además, que no cree que los vecinos de Venezuela estén considerando la opción militar. Estas naciones, dijo, están preocupadas por el tema de los refugiados, que este año podría convertirse en una crisis peor que la de los refugiados sirios.