Cuba debe privilegiar su relación con Colombia y no con el Ejército de Liberación Nacional, ELN, dijo este lunes el presidente Iván Duque, al acusar a esa guerrilla de presuntamente abusar de la confianza de La Habana para planear ataques terroristas en detrimento de la búsqueda de un acuerdo de paz.
La declaración de Duque se produjo una semana después de que Cuba arremetió contra el Gobierno de Colombia al acusarlo de abrir el camino para que Estados Unidos incluyera a La Habana en una lista de países que "no cooperan plenamente" con los esfuerzos para combatir el terrorismo.
Lee también Colombia responde a Cuba tras acusaciones de La Habana (VIDEO)"Una cosa es la relación con Cuba y otra cosa es el ELN", dijo el mandatario colombiano en declaraciones a la Radio Nacional. "Yo le digo respetuosamente al Gobierno cubano: acá se trata de que privilegiemos la relación entre Cuba y Colombia y no la relación con el ELN".
Duque solicitó a La Habana desde finales de 2018 la captura y extradición de los cabecillas del ELN que se encuentran en la isla a la espera de la reanudación de un diálogo de paz que mantenía con esa guerrilla comunista el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos, pero Cuba ha hecho caso omiso de la petición con el argumento de que si no hay negociación los subversivos deben ser regresados a Colombia respetando unos protocolos previos.
Lee también EEUU: los hechos muestran la determinación de Cuba de no cooperar en la lucha antiterroristaDuque exige al ELN, que cuenta con más de 2 000 subversivos y es considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, un cese unilateral de hostilidades, incluyendo la suspensión de secuestros, la liberación de las personas privadas de la libertad, el compromiso de no reclutar menores de edad y de abandonar el uso minas antipersonales.
El ELN, que ataca con bombas oleoductos y es acusado de financiarse del secuestro, la extorsión, el narcotráfico y la minería ilegal, ha fracasado con otros gobiernos en la búsqueda de un acuerdo de paz para acabar con una confrontación que ha dejado 260 000 muertos, debido a sus posiciones radicales, una cadena de mando difusa y el disenso entre sus filas.