Mientras a Paraguay lo humillaron y presionaron tras la destitución de Fernando Lugo, ahora quieren apañar la sangrienta represión de Maduro. Problema de fondo en Venezuela es sobrevivencia del castrismo en Cuba.
El diario paraguayo ABC Color llama en un editorial al gobierno del presidente Horacio Cartes a “oponerse con toda firmeza a que el tema Venezuela sea manejado entre compinches como se propone que sean el Mercosur y Unasur”.
El periódico denuncia la frenética campaña de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), bajo el liderazgo de Brasil, y con el respaldo de los gobiernos ideológicamente afines al castrismo bolivariano, para conseguir la adhesión de gobiernos genuinamente democráticos como los de Paraguay, Perú, Chile y Colombia, y que el bloque excluya a la OEA y pueda apañar la sanguinaria represión política del gobierno de Nicolás Maduro contra su pueblo, invocando el principio de la no intervención.
El editorial considera irónico que los protectores del gobierno de Maduro levanten ahora la bandera de la no injerencia, cuando a Paraguay lo humillaron, presionaron y perjudicaron, y hasta buscaron la condena de la OEA, sin darle ocasión de defenderse, después de la destitución constitucional del presidente Fernando Lugo, quien era afín a la ideología castro-chavista.
ABC Color recuerda que Maduro, entonces canciller de Venezuela, irrumpió entonces "con total desfachatez y prepotencia" en el Palacio de Gobierno de Paraguay para instigar a los altos mandos militares a alzarse en armas contra la destitución de Lugo.
Observa el matutino que el pretender que el caso venezolano sea tratado solamente en UNASUR, el ALBA o la CELAC demuestra "la cola de paja de muchos países latinoamericanos respecto del violento atropello a los derechos de los venezolanos" por parte del gobierno de Maduro, “instruido, ayudado y controlado por decenas de miles de cubanos que los Castro se encargaron de ubicar dentro de la estructura del Gobierno venezolano y de sus fuerzas armadas”.
El editorial señala que el problema de fondo en Venezuela no es a fin de cuentas de los venezolanos, sino del castrismo que está defendiendo su sobrevivencia.
Recordando la generosa ayuda petrolera chavista a la isla, del orden de los 12.000 a 13.000 millones de dólares al año, y gran parte de la cual se convierte en efectivo mediante reventas, ABC Color concluye diciendo que si Cuba no tuviera el petróleo que paga con servicios de sus ciudadanos esclavizados, el castrismo se iría “al mismo lugar a donde fue el marxismo en la extinta Unión Soviética: a la cloaca de la historia”.
El periódico denuncia la frenética campaña de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), bajo el liderazgo de Brasil, y con el respaldo de los gobiernos ideológicamente afines al castrismo bolivariano, para conseguir la adhesión de gobiernos genuinamente democráticos como los de Paraguay, Perú, Chile y Colombia, y que el bloque excluya a la OEA y pueda apañar la sanguinaria represión política del gobierno de Nicolás Maduro contra su pueblo, invocando el principio de la no intervención.
El editorial considera irónico que los protectores del gobierno de Maduro levanten ahora la bandera de la no injerencia, cuando a Paraguay lo humillaron, presionaron y perjudicaron, y hasta buscaron la condena de la OEA, sin darle ocasión de defenderse, después de la destitución constitucional del presidente Fernando Lugo, quien era afín a la ideología castro-chavista.
ABC Color recuerda que Maduro, entonces canciller de Venezuela, irrumpió entonces "con total desfachatez y prepotencia" en el Palacio de Gobierno de Paraguay para instigar a los altos mandos militares a alzarse en armas contra la destitución de Lugo.
Observa el matutino que el pretender que el caso venezolano sea tratado solamente en UNASUR, el ALBA o la CELAC demuestra "la cola de paja de muchos países latinoamericanos respecto del violento atropello a los derechos de los venezolanos" por parte del gobierno de Maduro, “instruido, ayudado y controlado por decenas de miles de cubanos que los Castro se encargaron de ubicar dentro de la estructura del Gobierno venezolano y de sus fuerzas armadas”.
El editorial señala que el problema de fondo en Venezuela no es a fin de cuentas de los venezolanos, sino del castrismo que está defendiendo su sobrevivencia.
Recordando la generosa ayuda petrolera chavista a la isla, del orden de los 12.000 a 13.000 millones de dólares al año, y gran parte de la cual se convierte en efectivo mediante reventas, ABC Color concluye diciendo que si Cuba no tuviera el petróleo que paga con servicios de sus ciudadanos esclavizados, el castrismo se iría “al mismo lugar a donde fue el marxismo en la extinta Unión Soviética: a la cloaca de la historia”.