Ben Rhodes, asistente del Presidente y consejero en Asuntos de Seguridad Nacional y Comunicaciones Estratégicas, ofreció el miércoles detalles del viaje de Obama a Cuba.
En la conferencia participaron, además, Jeffrey DeLaurentis, encargado de la embajada de Estados Unidos en La Habana, y Marcos Feierstein, director principal del Consejo Nacional de Seguridad para Asuntos del Hemisferio Occidental.
Rhodes enfatizó que el Gobierno de Obama ve este viaje como "la continuación del proceso que se estableció el 17 de diciembre de 2014, con el anuncio de que Estados Unidos y Cuba comenzarían a normalizar las relaciones y la adopción de medidas para mejorar la vida de la población cubana, para abrir nuevas oportunidades entre norteamericanos y cubanos, y para construir la relación bilateral que nos permita cooperar en una serie de cuestiones con el Gobierno cubano".
El funcionario se refirió al firme apoyo del Gobierno de Estados Unidos a los Derechos Humanos y comentó los recientes anuncios de otra serie de cambios regulatorios que:
"Facilitan un mayor comercio y los viajes a la isla, así como la inclusión de un mayor acceso al dólar en transacciones en Cuba, y el aumento de la capacidad para que los cubanos ganen salarios fuera de Cuba".
La agenda de Obama en Cuba
En el viaje, "hemos querido asegurarnos de que
el Presidente tendrá la oportunidad de participar en términos generales, no sólo con el Gobierno, sino también con el pueblo cubano", aseguró Rhodes.
El presidente Obama y su familia llegarán a La Habana el domingo 20 por la tarde.
El primer día, incluirá una visita con la familia a sitios de la Habana Vieja, como la Catedral. El programa incluye un encuentro con el cardenal y arzobispo de La Habana Jaime Ortega.
El lunes, antes de una entrevista con el gobernante Raúl Castro, el mandatario estadounidense depositará una ofrenda floral en el monumento a José Martí, en la Plaza de la Revolución de La Habana.
La entrevista con Castro será una oportunidad para revisar los avances registrados en la normalización de las relaciones y para abordar las áreas donde los Gobiernos han podido iniciar una cooperación bilateral y las áreas de desacuerdo.
La reunión será seguida por lo que Rhodes describió como un "evento de prensa" conjunto.
Después del encuentro con Castro, el presidente Obama asistirá a un evento que se centra en la actividad empresarial y las oportunidades en este campo para el pueblo cubano.
En la noche del lunes, Obama asistirá a una cena de Estado en el Palacio de la Revolución.
El martes por la mañana, el Presidente pronunciará un discurso dirigido al pueblo cubano.
Rhodes señaló que esta alocución "va a ser un momento muy importante en el viaje del Presidente, y su oportunidad de describir lo que se está haciendo, al revisar la complicada historia entre nuestros países".
"Vemos este discurso como un momento único en la historia, obviamente, entre nuestros países. Esta es la primera visita (a Cuba) de un presidente de Estados Unidos en casi 90 años. Ciertamente, el primer discurso pronunciado por un presidente (estadounidense) en suelo cubano en casi 90 años, y una oportunidad para que el Presidente comunique al pueblo cubano su visión para el futuro", subrayó Rhodes.
El consejero no pudo confirmar si el "discurso al pueblo cubano", que se espera sea pronunciado en el Gran Teatro de La Habana, será transmitido por los medios de comunicación estatales a toda la isla, pero dijo que el Gobierno cubano no ha planteado objeciones a hacerlo.
El protocolo habitual es que los jefes o exjefes de Estado o Gobierno expresen sus puntos de vista durante una conferencia magistral en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, como lo hizo el expresidente Jimmy Carter en su primera visita a la isla en 2002.
Tras el discurso, Obama asistirá a una reunión con miembros de la sociedad civil cubana.
"Esto, por supuesto, incluye a activistas de Derechos Humanos, las personas que han demostrado un gran coraje para defender sus derechos y buscar un futuro mejor para el pueblo cubano", indicó el asesor presidencial.
A pesar de la opinión de los dirigentes cubanos de que tales encuentros son una injerencia en los asuntos internos de la isla, Rhodes dijo que no hay razones para creer que el Gobierno impida que alguno de los invitados participe.
"Si hay cualquier impedimento para esa reunión, nosotros seríamos muy claros al respecto", aseguró
Después de la reunión con la sociedad civil, Obama estará presente en el juego de béisbol que va a tener lugar entre el equipo de Grandes Ligas Tampa Bay Rays y el equipo nacional cubano en el estadio Latinoamericano.
"El béisbol es algo que Estados Unidos y el pueblo cubano comparten con un amor común, y es una parte de nuestras dos herencias. Y, francamente, también parte del tipo de intercambios que estamos llevando a cabo en los negocios, en la cultura, en las artes, en los deportes, áreas que pueden acercar a ambos pueblos", concluyó Rhodes.
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