Simpatizantes del régimen cubano que hicieron un acto de repudio a las activistas cubanas Rosa María Payá y Laritza Diversent, en el Parlamento Europeo reconocieron más tarde que en Cuba no hay democracia.
Un grupo de personas dirigidas por la embajada cubana en Bruselas y la Asociación de Cubanos Residentes en Bélgica intentó abortar una exposición sobre derechos humanos en la isla, organizada -en el Parlamento Europeo- por el eurodiputado español José Ramón Bauzá y la organización sueca Civil Rights Defenders.
Lee también Eurodiputado insta a Díaz-Canel a liberar a Fariñas y José Daniel FerrerEntre 20 y 40 personas convocadas por la sede diplomática cubana trataron de boicotear el evento, explicó a Radio Televisión Martí Erik Jennische, director para América Latina de Civil Rights Defenders, pero aquí en Europa esos actos son calificados de “teatro”.
“Los actos de repudio en Europa que realizan ellos no nos reprimen a nosotros. Estamos en nuestra tierra con nuestra libertad”.
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“Un acto de repudio en Cuba, reprime, mete mucho miedo, es algo muy peligroso, muy feo. Esos actos en Europa son patéticos”.
En una carta enviada al eurodiputado Bauzá, la Asociación de Cubanos Residentes en Bélgica asegura que no merecen llamarse cubanos los invitados al evento: “No son nuestros compatriotas", dijeron.
Se refieren a la activista Rosa María Payá, promotora de la plataforma Cuba Decide, y a la abogada Laritza Diversent, del Centro de Estudios Legales, CUBALEX. Ambas residen en Estados Unidos.
Jenniske explicó que los simpatizantes del régimen de La Habana “gritaron ofensas y distribuyeron papeles con todavía más ofensas y muchísimas mentiras, y se pararon y gritaron, y se portaron de una manera muy poco civilizada”.
Asimismo, la prensa oficialista de la isla reprodujo la carta de la Asociación de Cubanos Residentes en Bélgica y elogió a quienes se definieron como "cubanos de verdad" y dijeron que las organizaciones de masas son "las que representan a la sociedad civil cubana”.
Pero la prensa estatal cubana no mencionó que muchos de los convocados al mitin de repudio, después de las primeras hostilidades, se quedaron debatiendo con los organizadores del evento y los panelistas.
“Es importante decir que, cuando ese “teatro” se acabó, la discusión siguió afuera, muchos de ellos se quedaron hablando sobre la realidad cubana de una manera civilizada, muchos de ellos admitieron que había presos políticos, que en Cuba no se podía decir todo lo que uno quería, que no había democracia real, la misma gente” [que asistió al acto de repudio].
“Nosotros los invitamos a la recepción y dijimos que no íbamos a acabar con la discusión, que sí íbamos a tener una conversación con todo el que quisiera y muchos de ellos la aceptaron, aceptaron nuestra invitación a un diálogo inclusivo y muchos vinieron, compartieron con nosotros, comieron y bebieron”.
Tampoco la prensa oficial cubana mencionó el hecho de que la Seguridad del Estado no permitió a cinco activistas, Kirenia Yalit Núñez Pérez, Amaury Pacheco del Monte, Manuel Cuesta Morúa, Maydolis González y Cristina Rodríguez Pentón, viajar a la capital belga para presentar sus puntos de vista en el acto.
El gobernante Miguel Díaz-Canel mencionó en Twitter la celebración del evento en Bélgica, que calificó de “campaña contra Cuba de eurodiputado”: “Cuba es soberana e independiente, no nos sometemos ante nadie, escribió.
En entrevista con Radio Televisión Martí, Payá contestó a la afirmación del mandatario.
“Díaz-Canel ha tenido que responder al impacto que tuvo el evento en el que participamos miembros de la sociedad civil y de la oposición cubana, de la ciudadanía cubana, con nuestras voces defendiendo el derecho que tiene el pueblo cubano a vivir en democracia”.
“Díaz-Canel dice que no se somete ante nadie, pues esa, precisamente, es la frase de un dictador, lo que nosotros estamos exigiendo y lo que el pueblo cubano va a lograr, es que se sometan a la voluntad soberana de la ciudadanía, ¡que se vayan!”, concluyó Payá.