Había merecido “buenas calificaciones” por su trabajo y “nunca había sido objeto de señalamientos por su jefe inmediato superior”, dicen las notas de su expediente laboral. Pero dijo lo que pensaba y lo expulsaron. Ocurrió en la filial que una empresa capitalista tiene en un país socialista.
El caso de Jorge Félix Vázquez Acosta, empleado del hotel habanero Grand Packard, fue motivo de un reportaje en el diario digital hecho en Cuba 14ymedio. Le notificaron su “separación definitiva de la entidad”, escribe la reportera Luz Escobar, por manifestarse abiertamente contra el sistema socialista y la reforma constitucional en Cuba.
El Grand Packard es propiedad de GAESA, pero lo administra la multinacional española Iberostar Hotels & Resorts. Desde junio de 2016, GAESA está bajo control de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
¿Cuáles fueron las pruebas esgrimidas contra Vázquez Acosta, padre de una bebé de cuatro meses cuyo principal sustento es el salario del padre? El informe de una comisión investigadora, informa 14ymedio, y “declaraciones de trabajadores que fungen como testigos de la indisciplina”.
El Departamento de Recursos Humanos del hotel le confirmó al diario digital habanero el contenido del acta de despido. Los términos usados para expulsarlo sorprenderían a un empleado de Iberostar Hotels & Resorts en España o cualquier país capitalista:
“Por manifestarse en contra de nuestro Grupo de Administración Empresarial [GAESA], acciones que afectan el prestigio y la moral de nuestra Unidad Empresarial de Base y menoscaba el estado político-ideológico que debe primar en nuestros trabajadores”, según consta en el documento consultado por 14ymedio.
Lee también Cobradores a domicilio pedirán donaciones a los cubanos para "producir alimentos"Lo firma Frida Arias Sánchez, directora adjunta del Grand Packard. Según ella, el jueves de la semana pasada supo que “el trabajador Jorge Félix Vázquez Acosta hubo de emitir criterios en contra de nuestro sistema socialista y de la Reforma Constitucional”.
De acuerdo con la Ley de Inversión Extranjera de Cuba, promulgada en abril de 2014, mientras estaba en vigor la Constitución anterior, y amparada por la vigente, ni Vázquez Acosta ni ningún cubano tiene derecho a negociar los términos de su contrato de trabajo con empleadores extranjeros.
Solo tiene potestad legal para emplear trabajadores cubanos una entidad creada por el gobierno, dice el inciso i del Artículo 2 del Capítulo II de esa Ley.
Lee también Fracasa tuenvio.cu: CIMEX anuncia "cierre escalonado" de las tiendas virtuales“Entidad empleadora: entidad cubana con personalidad jurídica facultada para concertar con una empresa mixta o de capital totalmente extranjero, un contrato mediante el cual facilite, a solicitud de esta, los trabajadores necesarios, quienes conciertan sus contratos laborales con dicha entidad”.
Parece poco probable que la empresa extranjera asociada con GAESA en la explotación del hotel de lujo esté dispuesta a interesarse por un despido injusto, considerando los términos de la ley que aceptó en principio para hacer negocios con el régimen cubano.
“Los conflictos surgidos con motivo de la inactividad de los órganos de gobierno de las modalidades de inversión extranjera previstas en la Ley, así como de la disolución o terminación y liquidación de estas, serán resueltos en todos los casos por la Sala de lo Económico del Tribunal Provincial Popular que corresponda”, dice en su Artículo 60.3 el Capítulo XVII de la Ley.
Lee también Cuando Cuba criticaba a China por exportar trabajadores en condiciones de esclavitudAl empleado le comunicaron el despido en una reunión donde estaban “los factores”, algunos de los cuales serían impensables en una filial de Iberostar Hotels & Resorts en cualquier nación occidental: un miembro del Partido Comunista y un miembro del Sindicato controlado por ese partido, además de los funcionarios administrativos.
“Me explicaron que yo me he manifestado en los pasillos en contra del gobierno, en contra el socialismo", le dijo Vázquez Acosta a la reportera Luz Escobar. El empleado asegura haber enmudecido cuando Arias Sánchez, la directora adjunta, le dijo que “los principios de la revolución están por encima de su madre y de su padre”.