Los abusos de derechos humanos en Cuba es algo establecido. Hay poco nuevo. Las víctimas no cuentan; reciben poca propaganda. Ah, pero escribir de los cambios en Cuba; eso sí es importante.
Por décadas las acusaciones hechas por exiliados cubanos sobre los abusos a los derechos humanos en la isla de los Castro han sido cuestionadas.
Hace 37 años un periódico del sur de la Florida dudaba de la veracidad de lo que decían los cubanos. Estos aseguraban que en Cuba languidecían en las cárceles cientos o quizás miles de presos políticos. El diario quería poder confirmar la información de fuentes propias, preferiblemente de primera mano.
A ellos no les importaba que mi esposa tuviera cartas de un tío condenado a 30 años y que ya estuviera a punto de cumplir 20. Las cartas escritas en papel de cigarrillos en una letra minúscula y sacadas de la cárcel en forma clandestina no eran una prueba fehaciente.
En 1979 las dudas se acabaron. Cuba anunció que liberaría a 3,600 presos políticos y Amnistía Internacional decía que el gobierno cubano tenía más presos políticos per cápita que ningún otro país del mundo.
Hoy las cosas han cambiado y sin embargo la gran prensa le presta poca atención a los que todavía sufren la persecución en Cuba. Eso sí, las organizaciones de derechos humanos sí les creen.
La semana pasado dos de ellos divulgaron sus anuarios: Reporteros Sin Fronteras y Human Rights Watch. En boxeo diríamos que fue una buena combinación de golpes; lo suficiente como para hacer creer a los ingenuos que todavía creen los cuentos del gobierno de los hermanos Castro. Y sin embargo, pocos le prestaron atención a sendos estudios.
Los abusos de derechos humanos en Cuba es algo establecido. Hay poco nuevo. Las víctimas que lo sufren en persona no cuentan; reciben poca propaganda. Ah, pero escribir de los cambios en Cuba; eso sí es importante. Muchos empujan para ver el abrazo entre un representante del imperio y otro de los que gobiernan Cuba con un latifundio propio con esclavos y todo.
Reporteros Sin Fronteras, una organización con sede en Francia, fue la primera este año en aseverar que Cuba no iba a permitir la libertad de expresión, ni ahora, ni nunca. La dinastía de los Castro no lo puede permitir si quieren seguir gobernando su reinado. De paso dijeron que Cuba estaba entre los 10 peores países de mundo en cuestiones de libertad de expresión.
Dos días después Human Rights Watch dijo que Cuba era el único país en el continente en el cual todo tipo de disidencia política era perseguido y penado...
En su informe dijo que en el 2012 Raúl Castro imponía a la fuerza el consenso político. Dijo que el gobierno detenía brevemente y con arbitrariedad a sus ciudadanos, y permitía que grupos de repudio les propinara golpizas en público. A otros los forzaba a irse al exilio.
Cuba ahora permite viajar al exterior a sus ciudadanos, o por lo menos a los que ellos dejen salir. Pero a pesar de los presos liberados en el 2010 y el 2011, la política de juzgar en secreto a disidentes sin dar explicaciones continúa. Todavía muchos presos políticos languidecen en cárceles cubanas.
Este tipo de informe le da credibilidad a las acusaciones contra el gobierno cubano. Ellos dicen que el número de detenidos por unos días ha aumentado enormemente. En el 2010 fueron 2,074. De enero a septiembre del 2012 fueron 5,105.
Calixto Martínez Arias, un periodista independiente de Hablemos Press, fue encarcelado en septiembre del 2012. Todavía no lo han acusado formalmente.
Estos informes salen anualmente. Ellos son prueba fehaciente que los que creen que las concesiones al gobierno de los Castro van a surtir efecto y hacerlos memos represivos son un cuento de hadas. Esas visitas de persona a persona jamás promoverán la democracia en Cuba.
Discúlpenme los creyentes. Yo no puedo vivir con una venda tapando lo que he visto y lo que oigo de aquellos que todavía arriesgan sus vidas para reportar la actualidad en la isla. Como periodista he visitado cárceles en Cuba. Durante mi carrera he entrevistado a decenas de presos políticos que cumplieron largas condenas por oponerse a un tirano. Algunos de los presos fueron parientes y amigos de míos y de mi esposa.
Yo no creo que Cuba cambie en forma substancial. Cuando los políticos estadounidenses o europeos van a la isla, el gobierno generosamente les regala la libertad de alguno que otro preso. A la vez, en silencio arrestan a otros para siempre tener personas encarceladas por creer en la democracia – personas que son como rosas para regalarles a los políticos que vienen de visita.
Hace 37 años un periódico del sur de la Florida dudaba de la veracidad de lo que decían los cubanos. Estos aseguraban que en Cuba languidecían en las cárceles cientos o quizás miles de presos políticos. El diario quería poder confirmar la información de fuentes propias, preferiblemente de primera mano.
A ellos no les importaba que mi esposa tuviera cartas de un tío condenado a 30 años y que ya estuviera a punto de cumplir 20. Las cartas escritas en papel de cigarrillos en una letra minúscula y sacadas de la cárcel en forma clandestina no eran una prueba fehaciente.
En 1979 las dudas se acabaron. Cuba anunció que liberaría a 3,600 presos políticos y Amnistía Internacional decía que el gobierno cubano tenía más presos políticos per cápita que ningún otro país del mundo.
Hoy las cosas han cambiado y sin embargo la gran prensa le presta poca atención a los que todavía sufren la persecución en Cuba. Eso sí, las organizaciones de derechos humanos sí les creen.
La semana pasado dos de ellos divulgaron sus anuarios: Reporteros Sin Fronteras y Human Rights Watch. En boxeo diríamos que fue una buena combinación de golpes; lo suficiente como para hacer creer a los ingenuos que todavía creen los cuentos del gobierno de los hermanos Castro. Y sin embargo, pocos le prestaron atención a sendos estudios.
Los abusos de derechos humanos en Cuba es algo establecido. Hay poco nuevo. Las víctimas que lo sufren en persona no cuentan; reciben poca propaganda. Ah, pero escribir de los cambios en Cuba; eso sí es importante. Muchos empujan para ver el abrazo entre un representante del imperio y otro de los que gobiernan Cuba con un latifundio propio con esclavos y todo.
Reporteros Sin Fronteras, una organización con sede en Francia, fue la primera este año en aseverar que Cuba no iba a permitir la libertad de expresión, ni ahora, ni nunca. La dinastía de los Castro no lo puede permitir si quieren seguir gobernando su reinado. De paso dijeron que Cuba estaba entre los 10 peores países de mundo en cuestiones de libertad de expresión.
Dos días después Human Rights Watch dijo que Cuba era el único país en el continente en el cual todo tipo de disidencia política era perseguido y penado...
En su informe dijo que en el 2012 Raúl Castro imponía a la fuerza el consenso político. Dijo que el gobierno detenía brevemente y con arbitrariedad a sus ciudadanos, y permitía que grupos de repudio les propinara golpizas en público. A otros los forzaba a irse al exilio.
Cuba ahora permite viajar al exterior a sus ciudadanos, o por lo menos a los que ellos dejen salir. Pero a pesar de los presos liberados en el 2010 y el 2011, la política de juzgar en secreto a disidentes sin dar explicaciones continúa. Todavía muchos presos políticos languidecen en cárceles cubanas.
Este tipo de informe le da credibilidad a las acusaciones contra el gobierno cubano. Ellos dicen que el número de detenidos por unos días ha aumentado enormemente. En el 2010 fueron 2,074. De enero a septiembre del 2012 fueron 5,105.
Calixto Martínez Arias, un periodista independiente de Hablemos Press, fue encarcelado en septiembre del 2012. Todavía no lo han acusado formalmente.
Estos informes salen anualmente. Ellos son prueba fehaciente que los que creen que las concesiones al gobierno de los Castro van a surtir efecto y hacerlos memos represivos son un cuento de hadas. Esas visitas de persona a persona jamás promoverán la democracia en Cuba.
Discúlpenme los creyentes. Yo no puedo vivir con una venda tapando lo que he visto y lo que oigo de aquellos que todavía arriesgan sus vidas para reportar la actualidad en la isla. Como periodista he visitado cárceles en Cuba. Durante mi carrera he entrevistado a decenas de presos políticos que cumplieron largas condenas por oponerse a un tirano. Algunos de los presos fueron parientes y amigos de míos y de mi esposa.
Yo no creo que Cuba cambie en forma substancial. Cuando los políticos estadounidenses o europeos van a la isla, el gobierno generosamente les regala la libertad de alguno que otro preso. A la vez, en silencio arrestan a otros para siempre tener personas encarceladas por creer en la democracia – personas que son como rosas para regalarles a los políticos que vienen de visita.