Ex prisioneros políticos cubanos denunciaron los horrores del sistema penitenciario de la isla, en especial en la cárcel de Kilo 8. En un foro virtual organizado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), los participantes recordaron su estancia en la prisión camagüeyana, conocida popularmente como "Se me perdió la llave".
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"Vi cómo más de treinta guardias mataban a golpes, con barras metálicas, tonfas y bates, a dos reclusos comunes de Cienfuegos. La masa encefálica y la sangre corrían por el pasillo. Los guardias la pisaban, mientras seguían golpeándoles. Ya había visto cómo varios presos se ahorcaban, cercanos a mi celda", describió José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba, condenado en 2003 a 25 años de cárcel.
Por su parte, el ex prisionero político Alejandro González Raga recordó que a los presos de otras cárceles les amenazaban con trasladarlos a Kilo 8, "la catedral del horror".
"Entonces, se cortaban las venas y los tendones, para que no se los llevaran", relató el actual director ejecutivo del OCDH.
Omar Rodríguez Saludes, también huésped de Kilo 8 durante la Primavera Negra, calculó la existencia de unas 150 celdas de castigo. De estas, 50 se consideran "extremas" porque son más pequeñas y solo cuentan con una colchoneta, que se les retira a los presos durante el día.
"A la brutalidad, lo que le seguía era la impunidad. Por ejemplo, hoy están golpeando al preso Silverio Portal", recordó el moderador del foro, Yaxys Cires.
Silverio Portal Contreras, activista de Cuba Independiente y Democrática (CID), fue condenado en 2018 a cuatro años de privación de libertad por los supuestos delitos de "desorden público y desacato a las figuras de Fidel y Raúl Castro". Hace una semana fue golpeado por las autoridades de la cárcel 1580, en San Miguel del Padrón, y se encuentra en una celda de castigo, según denunciaron sus familiares.
Según datos ofrecidos por el OCDH durante el foro, en Cuba hay en torno a 100.000 presos, 200 cárceles y 120 prisioneros políticos.
Los participantes también alertaron del "caldo de cultivo" de las cárceles cubanas, en medio de la pandemia de coronavirus, por el hacinamiento y la falta de ventilación