Después que su director dijera que trabajó “vigilado de cerca” en Cuba para hacer la película de los “cinco espías”, y que la actriz Penélope Cruz confesara no haber sentido “una libertad muy grande a la hora de hablar” durante los rodajes en La Habana, la crítica no ha sido muy amable en el Festival de Cine de Venecia con el largometraje Wasp Network (Red Avispa).
En la conferencia de prensa dedicada al filme en el Festival, Penélope Cruz contó que mientras filmaba en las calles de La Habana no paraba de hacerles preguntas a los cubanos sobre la situación en el país, pero se mostraban esquivos.
“Era muy difícil recibir información concreta”, declaró Cruz, según reportaba la semana pasada el diario español La Vanguardia.
“Resultaba complicado que compartieran contigo lo que realmente sentían, tanto sobre los últimos cambios como sobre lo ocurrido en las últimas décadas”, dijo la actriz ganadora del Oscar en 2009.
Cruz encarna a Olga Salanueva, esposa de René González, el primero de los espías liberado y luego devuelto a Cuba a cambio de que renunciara a su ciudadanía estadounidense.
“Yo no siento una libertad muy grande a la hora de hablar y a la hora de compartir cómo se sienten”, dijo la actriz. “Y eso sí es algo que me inquieta, porque creo que en 2019 en cualquier lugar del mundo alguien debería sentirse libre para hablar”.
Además de Cruz, trabajan en Red Avispa la cubana Ana de Armas (coprotagonista de la segunda parte de Blade Runner y actualmente en los rodajes de Blonde en el papel de Marilyn Monroe); el mexicano Gael García Bernal; el venezolano Edgar Ramírez Arellano (el terrorista El Chacal en la miniserie de televisión Carlos); el brasileño Wagner Moura (el Pablo Escobar de Narcos); el argentino Leonardo Sbaraglia, quien encarna a José Basulto, y el chileno Pedro Pascal.
Su director, el francés Olivier Assayas (que dirigió precisamente Carlos y filmes como Personal Shopper en 2016), escribió el guión de Red Avispa a partir del libro de Fernando Morais Los últimos soldados de la Guerra Fría: La Historia de los Cinco Cubanos.
Al principio las autoridades cubanas se negaron a darles la autorización para filmar en Cuba, le contó Assayas a la revista Variety, pero luego, cuando el equipo empezó a buscar locaciones posibles en otros países, “los cubanos cambiaron de opinión y nos abrieron las puertas”.
Las puertas abiertas no significaron necesariamente que todo estaba garantizado.
“A veces no sabíamos si íbamos a poder rodar al día siguiente”, declaró el director en la entrevista de Variety. “Estábamos siendo vigilados de cerca por el Estado cubano y sujetos a las fluctuaciones del clima político”.
De acuerdo con un reporte de la agencia Reuters, sin embargo, Assayas asegura que “el monitoreo” al cual los sometieron no les impidió hacer la película que querían hacer.
“Pensé que habría condiciones, ataduras, pero la realidad fue que no”, dijo el director. “Aunque nos monitoreaban, para usar un término leve, eso no tuvo consecuencias en la película”.
Tediosa, plana y decepcionante ...
Al contar la sinopsis de Red Avispa, muchas reseñas aparecidas en medios europeos y de otras partes del mundo dicen que los cinco espías se infiltraban “en grupos terroristas anticastristas para prevenir atentados en la isla”. No mencionan, por ejemplo, que la red estaba compuesta no por cinco, sino por más de dos docenas de espías, muchos de los cuales aceptaron colaborar con el FBI, y tampoco que las misiones de algunos de ellos incluían infiltrarse en objetivos militares estadounidenses como la Base Aeronaval de Boca Chica, en Cayo Hueso.
“Que las autoridades cubanas le dieran tanto acceso a Assayas es una especie de milagro”, indica la reseña de Variety, “y él aprovecha al máximo la arruinada belleza del país sin fetichizar la desintegración”.
En el sitio de internet español Filmaffinity, que publica recomendaciones y opiniones de estrenos cinematográficos, aparece la siguiente selección de críticas sobre Wasp Network:
“Desconcertante revoltijo de géneros que se manchan los unos a los otros. Es un thriller de espías que a veces se comporta como un melodrama, otras como un documental, y otras como una comedia más o menos voluntaria. Parece una película dirigida, por lo menos, por cinco personas distintas. (...) No se sabe si desea entretener o apabullar a base de datos, personajes y tramas cruzadas. Puntuación: ★★½ (sobre 5)”. Víctor Esquirol, FilmAffinity.
“Solo transmite tedio (...) La película da la sensación de no saber muy bien si quiere centrarse en las operaciones secretas de los espías o en el drama familiar de uno de ellos (...) Al final, no logra que nos importe ni lo uno ni lo otro”. Nando Salvá, El Periódico.
“Por momentos, Assayas se extravía entre la colección inabarcable de personajes y vidas hasta simplemente perder el foco (...) Eso sí, el reparto luce en esa extraña y vital confusión a medio camino entre la realidad y la ficción que ya es marca en la filmografía del director”. Luis Martínez, El Mundo.
“Filme plano como una tabla de planchar (...) Estamos más cerca de Loving Pablo que de Carlos, por mucho que el relato cambie de escenario intentando dinamizar una historia que carece de la más mínima tensión dramática”. Sergi Sánchez, La Razón.
“Una película grande, espléndidamente rodada, con un potente reparto y un impresionante trabajo de localización. Pero también es un lío enredado de interminables idas y venidas entre demasiados personajes, situaciones y lugares”. David Rooney, The Hollywood Reporter.
“Una sorprendente decepción (...) Incluso los grandes patinan un poco de vez en cuando”. Alonso Duralde, The Wrap.
“Pese a su interesante premisa, a un reparto sobresaliente y a su poderoso imaginario, el thriller cubano de espías de Assayas parece un recorte de una miniserie más extensa, dejando al espectador a medias”. Jay Weissberg, Variety.
"Tuerce la historia, es una vergüenza"
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Entrevistados por Cary Roque en el programa Tras la Noticia, de Radio Televisión Martí, la activista anticastrista Silvia Iriondo y el crítico de cine Alejandro Ríos reaccionan a lo que hasta ahora ha trascendido de Wasp Network.
“Constantemente toda la prensa se refiere a grupos terroristas, no grupos anticastristas; es muy curioso el término”, observa el crítico de cine Alejandro Ríos.
“He leído las críticas que han salido […], las revistas que estaban allí cubriendo el estreno tienen la obligación de hacer crítica de cine, no política, y todas la califican como una mala película”, apuntó el experto.
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Para Iriondo, “es una vergüenza y una burla, porque esta historia representa uno de los crímenes más grandes cometidos –de la larga historia de crímenes—por la dictadura castrista, constatado por instancias internacionales, entre ellas [la Organización de] Aeronáutica Civil Internacional, que determinó que esas avionetas indefensas que parecen motonetas en el aire fueron simplemente derribadas en espacio aéreo internacional sin ninguna provocación y sin ningún aviso”.
Iriondo fue una de las cuatro personas que, en una tercera avioneta no alcanzada por los Migs de la aviación del régimen, escapó el 24 de febrero de 1996 del derribo sobre aguas internacionales de naves estadounidenses que no llevaban armas, acción en la cual estaba implicado uno de “los cinco”, Gerardo Hernández, interpretado en el filme por Gael García Bernal.