La empresa de gas licuado reguló desde el 19 de agosto la venta del combustible tanto a los usuarios del mercado racionado como a los del liberado, una medida que aumentará las dificultades de la familia cubana, según dijeron residentes y periodistas consultados por Radio Televisión Martí.
Ahora un núcleo de cuatro personas tiene que esperar 32 días para comprar una balita de 10 kilogramos por el contrato, y en el mercado liberado solo se puede comprar una cada dos meses, informó la Unión Cuba-Petróleo.
En Santa Clara hay colas desde la noche anterior ante la incertidumbre sobre el futuro del servicio, comenta el cuentapropista Yoel Espinosa Medrano.
"El gas viene y se agota, y ese anuncio público no sabemos las consecuencias que puede traer", dijo Espinosa Medrano en referencia a las nuevas regulaciones.
Según el trabajador independiente, los santaclareños desconfían de lo informado por las autoridades.
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Desde Camagüey, la residente Leydis Tabares expresa que no hay muchas alternativas al gas licuado para cocinar. "La revolución energética acabó con todo lo que teníamos. No hay piezas en los poliservicios, todo el mundo tiene las ollas rotas, y entonces ¿con qué va a cocinar la población?", se cuestionó.
En Güira de Melena, Artemisa, el periodista Jorge Bello dice que allí solo se está ofertando un cilindro de 12,5 kilogramos cada seis meses a los que tienen contrato.
"Esto solo resuelve para un período de tres meses. Las personas que cocinan por gas licuado tienen que adquirirlo por bolsa negra, entre 10 y 12 CUC", explicó Bello.
En la capital cubana, donde existe una red de distribución en el casco histórico, la situación en los municipios de la periferia también es crítica, comenta el periodista Vladimir Turró desde La Lisa.
"Es una problemática bien grande que va a afectar a todo el país", subrayó.
Mientras, el ministerio de Comercio Interior anunció la creación de brigadas de reparación para dar mantenimiento a los equipos entregados durante la revolución energética, informó el portal oficialista Cubadebate.