En la pequeña ciudad de Ra'anana, ubicada en el Distrito Central de Israel, vive, desde hace 17 años, Sandra Motola una cubana de 54 años, nacida en el municipio granmense de Yara que compartió con Martí Noticias su experiencia a partir de que el ataque de Hamás masacrara a miles de personas en territorio israelí.
Su hogar se encuentra relativamente lejos de la zona donde se producen los bombardeos, pero la vida diaria no se cuenta en kilómetros, al contrario, está sacudida por la alerta constante, aún más por los informes de que militantes del grupo islamista, considerado como terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea y un buen número de países, siguen infiltrados en territorio de Israel.
“Hay dos tipos de daños: el de las personas que han muerto o están heridas, y el daño mental, el daño psicológico. Los niños tiemblan de solamente abrir una puerta. En estos momentos, las personas no quieren abrir una puerta, tienen miedo de salir al balcón. Mi sobrino vive en Be'er-Sheva y está saliendo a trabajar y deja cuatro hijos con su esposa en la casa y tiene un cuchillo detrás de la puerta. En el centro, salimos a la calle con miedo, básicamente, porque ahora mismo puede pasar una persona por al lado, y te dispara o te corta y es así, pero salimos. Seguimos trabajando. Acá no es el problema”, dijo la cubana que trabaja como profesora de Inglés en una escuela secundaria.
“Usted va a caminar por la carretera hacia el sur y están recogiendo los cuerpos, ellos [los militantes de Hamás]] dispararon a quemarropa a cuánto carro pasó, no solamente al Ejército. Ellos no vinieron a hacer daño al Ejército, ellos vinieron a hacer daño a la población”, señaló la cubanohebrea.
“Yo misma he pasado unos días terribles. Mi familia, gracias a Dios, mi hermana llegó hoy acá con nosotros y están ya, digamos más a salvo, porque llevaban desde el sábado bajo una lluvia de cohetes y así siguen muchos cubanos en todas las ciudades del sur, cada cual está trabajando como puede, en su mundo, preocupado por su familia. Dejamos las líneas de teléfonos libres para el caso de que nos necesiten de urgencia”, dijo Motola.
El ataque masivo de Hamás ha dejado más de 1.300 muertos en Israel, incluyendo 247 soldados, cientos de desaparecidos y secuestrados. Ancianos, mujeres y niños han sido ultrajados y torturados y tales desmanes han sido exhibidos en las redes sociales.
“La tragedia que nosotros estamos viviendo duele el alma, pero acá en esta zona no es tan difícil, porque, si bien nos han pedido que nos estemos en las casas, o en los refugios de las casas, por lo general, los edificios nuevos tenemos un cuarto blindado que es el refugio y si no, pues los refugios colectivos y las orientaciones de la Defensa Civil fueron que tuviéramos mucha agua y comida para cierta cantidad de tiempo en los refugios y todos lo hicimos”, explicó la entrevistada.
“También hubo en algún momento falta de comida en los supermercados porque todo el mundo en lo que pudo, se tiró a comprar para tener alguna que otra cosa en el refugio y, además, por los bombardeos en la zona sur que no pudo llegar comida, no pudo llegar agua hasta acá y por las alarmas, los supermercados tenían que estar cerrados”, detalló.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) declararon el "estado de guerra" luego de la agresión.
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El santaclareño Alberto Tatcher lleva en Hadera, al norte de Tel Avit, alrededor de dos décadas. Cuando llegó a Israel a los 23 años, se enroló en el ejército y hasta hace cinco perteneció a la Reserva, contó orgullosamente a esta redacción.
“La guerra como tal no se siente tanto aquí, solo, de vez en cuando, una sirena indica un cohete, y la cúpula de hierro lo explota”, contó el cubano con calma.
Tatcher se refiere al Domo de Hierro, un poderoso sistema de defensa aérea israelí de corto alcance que sirve para contrarrestar ataques con misiles, cohetes, proyectiles de artillería, drones y otras amenazas aéreas.
“Pero en las ciudades del sur, cada cinco minutos tienen que estar yendo al refugio. Nosotros estamos esperando a ver qué pasa con Hezbolá en el norte, es el que nos puede afectar porque la guerra como tal de los cohetes, estamos acostumbrados: la cúpula de hierro los tumba, ellos tiran, te metes al refugio, sales, sigue la vida normal. Ahora lo que pasó fue otra cosa”, subrayó Tatcher.
Israel redobló la protección en el norte ante el riesgo de una ofensiva de la milicia Hezbolá, patrocinada por Irán.
“Pero aquí, nosotros vamos a trabajar todos los días. Los niños si están en la casa, les dan clases por la computadora. Los niños si sienten la presión, cuando ven en la televisión las noticias, o en las redes, sí sienten un poco el temor”.
El gobierno de Israel suspendió las clases presenciales como medida de seguridad, pero la enorme cantidad de información a través de las redes sociales, con contenidos que pueden llegar a ser espeluznantes, impacta en la salud emocional de los más jóvenes.
Ninguno de los dos piensa en el regreso a su país de origen. Han adoptado a Israel como su patria.
Cuba es la única nación de América Latina sin relaciones diplomáticas con Israel, aunque el estado judío mantiene una Sección de Intereses en la embajada canadiense en La Habana.
La Federación de Comunidades Hebreas de Cuba rechazó las declaraciones emitidas por el Ministerio de Relaciones Exteriores que aseguran que los ataques terroristas cometidos por Hamás son "consecuencia de 75 años de permanente violación de los derechos inalienables del pueblo palestino y de la política y expansionista de Israel".
El conflicto entre Israel y Hamas continúa acumulando muertos de ambas partes, lo que no ha sido obstáculo para que jóvenes judíos cubanos se sumen a la lucha contra la brutal embestida de Hamás.
Los bombardeos israelíes, por su parte, se han cobrado más de 1.530 vidas en Gaza, según las autoridades de ambas partes. Israel afirma que cerca de 1.500 extremistas de Hamás fueron abatidos en el país y que cientos de los muertos en la Franja son miembros del grupo.
En Facebook, circulan fotos de cubanos-israelíes, tanto hombres como mujeres que se han alistado en el ejército de ese país.